"Ahí, entre el suave perfume de las flores y los relatos de Juliette acerca de su primer semana de clases, las pláticas de Joseph sobre sus nuevos compañeros en el trabajo y el tintineó intermitente de las luces que colgaban del balcón; Benjamin se...
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O de como Sammy llegó a ellos
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Saben que buscar tener un hijo no es una decisión sencilla y están conscientes de todas las consideraciones que deben tener pues no es simplemente buscar una mujer, resolver un trámite legal, insertar un óvulo fecundado y ponerlo en el útero para tratar de obtener un embarazo. La reproducción asistida va más allá de un procedimiento médico; es una práctica que está creando nuevos modelos de familia y aunque comienza a ser recurrente cada día más, no deja de generarles miedo.
Por eso deciden tomarse su tiempo e informarse a profundidad, leen, se entrevistan, se documentan y buscan testimonios ante eso. Incluso lo platica con Tessa y ella no se opone. Hay días donde el miedo lo vence y Benjamin está a punto de mandar esa idea al carajo y no insistir más porque su mente es un lío donde lo ético y lo moral compiten contra sus deseos preguntándose si realmente aquello que buscan es algo correcto. Luego Joseph lo abraza, le muestra videos de otras familias en su situación, lo consuela y lo calma, aunque por dentro a Joe le embargan las mismas dudas.
Entonces un día mientras observa el entrenamiento del equipo de rugby infantil Benjamin comienza a cuestionarse cuál es la historia que lleva cada uno de sus alumnos, sobre sus familias, sobre la forma en que llegaron al mundo y el tipo de amor que le profesan; tan solo la historia de Juliette resulta compleja para él mismo y aunque no juzga, comprende que a cada ser humano le rodea una serie decisiones que le hacen estar en ese lugar y cuando ve a sus pequeños rugbiers emocionarse con la llegada de sus padres yendo hacia ellos con una gran sonrisa y ve a su niña cantar una canción de Taylor Swift a su lado termina con la resolución de que cada padre y madre en el mundo toma sus decisiones a partir del bienestar de sus hijos.
Deciden borrar el concepto de vientre de alquiler de su vocabulario y prefieren llamarlo gestación subrogada porque saben que el papel de la mujer en ese proceso va mucho más allá de rentar su vientre o su capacidad de procrear a un bebé. Y mientras leen muchos comentarios en internet atacando el proceso llamándolo como algo inhumano o comercial; Benjamin y Joseph creen fielmente que bajo las condiciones correctas la gestación subrogada puede ser uno de los actos más maduros y humanos que alguien pudiera tener. Una mujer en el mundo por altruismo les daría la oportunidad de tener un cachito de Ben para poder criarlo, y eso, para ellos, es algo hermoso.
Reciben muchas opiniones; que mejor adopten, que mejor no lo intenten, que mejor le paguen a una mujer... y cuando ellos deciden contarles los planes a ciertos miembros de su familia y amigos saben también que muchas cosas rondan por sus mentes y ellos mismos se debaten creyendo que no es la mejor decisión. Pero eventualmente terminan accediendo —unos con más recelo que otros— y les brindan sus mejores deseos para ellos. Al final la familia los respeta y los dejan ser, y ambos lo agradecen.
