"Ahí, entre el suave perfume de las flores y los relatos de Juliette acerca de su primer semana de clases, las pláticas de Joseph sobre sus nuevos compañeros en el trabajo y el tintineó intermitente de las luces que colgaban del balcón; Benjamin se...
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O de la neblina que cubría a la ciudad
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Benjamin cerró la puerta de la bodega a la par que colgaba la llamada de su celular. Ajustó el cierre de su sudadera y calentó sus manos soplando en ellas. Londres estaba tan frío que lo único que ansiaba era tomar un café caliente y envolverse en las cobijas.
—Juliette —habló alzando la voz y la niña volteó a verlo con atención —. Llamó tu papá, dijo que le surgieron unas cosas importantes del trabajo y debe quedarse en la oficina más tiempo; yo te llevaré a tu casa ¿está bien? Voy por mi mochila y nos vamos.
La niña sonrió gustosa y esperó sentada en las gradas balanceando sus piecitos que colgaban. Ese día su papá había estado bastante atareado y solo pudo dejarla en el entrenamiento para luego marcharse. Admitía que se sintió triste cuando todos sus amiguitos se iban en compañía de sus padres y por unos momentos la niña pensó que su papá se había olvidado de ella; pero luego de escuchar a su entrenador diciéndole que la llevaría a casa se tranquilizó.
¡Ella realmente amaba pasar tiempo con el entrenador Ben!
Cuando lo vio caminar su dirección se bajó de las gradas dando un saltito y dejó que el hombre acomodara su suéter mientras le decía que era importante que se mantuviera abrigada esos días debido al frío para evitar enfermarse. Juliette asintió sintiendo sus mejillas calientitas y bajó el rostro cuando su coach le apretó la puntita de su nariz.
—Tomaremos el subterráneo para ir al departamento; pero antes caminaremos para llegar estación. ¿Has viajado en un subterráneo antes, Juliette?
—¡Sipi! —contestó la niña mirándolo y balanceando su mano que tomaba la de Ben —Cuando vivíamos en la otra ciudad papá y yo nos subimos al subterráneo unos días.
—¿Te gustaba viajar en subterráneo?
—Es divertido porque va muy rápido.
Juliette levantó su brazo queriendo acomodar la mochila sobre sus hombros, dándose cuenta de ello Ben se detuvo y tomó la mochila de entrenamiento con una mano.
—¿Está pesada? Déjame ayudarte.
—¿No se va a cansar? ¡El entrenador Ben es súper fuerte! —le dijo asombrada.
Juliette le cuenta sobre el próximo festival navideño de su colegio y canta el villancico que ha estado practicando todo ese tiempo, le dice que hay un calendario en su cuarto donde tacha cada día que pasa y que espera impaciente el día de Navidad preguntándose si Santa Claus le traerá regalos ese año y Benjamin finge muy bien una cara de duda siguiéndole el juego.
