Capítulo 4

9.7K 484 56
                                    


Gracias a Dios y a mis piernas llegue sana y salva a mi queridísimo hogar. Al salir del antro ilegal me fui a Wonderland para que Enzo me fuera a dejar a mi casa, pero el idiota no podía decir ni su nombre de la borrachera que llevaba por lo que decidí irme a pie. Al final de cuentas eso me ayudó a calmarme un poco.

Subí a mi habitación mientras meditaba los eventos de esta noche. Al llegar cierro la puerta y me deslizó sobre ella hasta caer sentada y me rio, como una maniática se me salen las carcajadas como que si fueran el agua de una cascada, es decir descontroladamente e imposibles de parar. Ahora que lo pienso, me da mucha gracia que a pesar de que casi me cago del miedo esta noche he tenido la experiencia más emocionante de mi vida. Salí de mi rutina y del personaje que mis padres esperan que sea. Y eso me encantó.

Me levanto del suelo y caminó hacia el closet. Me quito el vestido y los tacones y me pongo un short negro y una camiseta muy grande de color verde. ¡Verde! ¿Por qué siento que he visto este color hace poco? Y como si mi mente me quisiera responder mi incógnita, una imagen de unos ojos verdes intensos viene a mí. Volkov me aterró, es de esas personas que sé que no son las mejores influencias, pero algo en él hace que quiera romper las reglas y descubrir el mundo en el que vive.

Su mirada peligrosa me persigue toda la noche hasta que caigo en una oscuridad cerrando mis párpados.

-------------------

Sábado

Escucho el ruido de la condenada alarma que me despierta todos los días, por lo que me levanto, con dificultad, de la cama. Voy al baño, me lavo los dientes y la cara para después cambiarme e ir hacer ejercicio. Llego al gimnasio y procedo a ponerme los audifonos y empezar con mi rutina de deporte.

Una hora más tarde, voy a la cocina por un vaso de agua y observó que Nora no ha llegado, lo que se me hace raro, ya que los sábados procura llegar temprano. -Bueno, luego le preguntaré-Me digo a mí misma mientras tomo el vaso y me encamino a mi cuarto.

Al llegar, me voy directo al baño a ducharme porque odio estar pegajosa. Me quito la ropa mojada y me interno en la ducha a lavarme el cuerpo y el nudo que tengo como cabello. Al terminar salgo y busco que ponerme el día de hoy. Ya que mi madre no está, puedo usar lo que se me venga por lo que me decido por unos jeans holgados, un crop top negro de manga larga que dice "Don't we all want a Will Herondale?" en letras rojas y mis converse altas blancas. Me miro en el espejo y me hago un pequeña cola desordenada. Sin prestarle mucha atención a ese detalle, salgo de mi habitación y bajó las escaleras para ir a la cocina.

Entro y veo a Nora picando un poco de fruta y haciendo avena. Se veía muy concentrada, por lo que no la molesto. Ella nota mi presencia, se voltea y me sonríe a lo que yo le devuelvo la sonrisa.

-Buenos días Nora, ¿Qué tal tu viernes?-la saludo mientras me sirvo un poco de avena.

-Muy bueno mi niña, descanse con mi esposo.¿Cómo te fue en el club?- me pregunta ella mientras como mi desayuno.

-Me fue normal. Enzo se emborrachó, como siempre.-Le respondo sabiendo que eso no era la totalidad de lo sucedido.

-No hiciste nada que yo no haría ¿verdad?- Me mira con una sonrisa no tan inocente y yo no puedo evitar recordar la sonrisa pícara que tenía Volkov por lo que me atragantó.

-¡Mi niña! ¿Estás bien?- Pregunta Nora con preocupación.

-Sí, solo que la pregunta me tomó por sorpresa.-Digo cuando recupero el aliento. Ella asiente y se ríe. Recojo mi plato, guardo lo que deje en un plato de plástico y lavo los platos sucios. - Subire un segundo Nana- me iba a voltear.

Mi Caos RusoWhere stories live. Discover now