¡Sorpresa!

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POV Iván

Los villancicos resuenan en las calles, las parejas se toman de las manos mientras que los niños piensan en Santa Claus. En general, Navidad es tangible para cada uno de los habitantes de Londres.

Pero en mi caso, joder odio cada uno de los detalles.

Las calles se encuentran desbordadas por las carros, los niños no paran de gritar y las parejas parecen sufrir un trance de estupidez masivo.

Puta festividad.

Desde niño, he detestado el mes de diciembre por el jodido alboroto que trae con sí, pero verme aquí, en medio Westfield intentando conseguir un estacionamiento.

Maldita sea las ofertas

Si hace un par de meses me hubiesen dicho que me encontraría en esta situación, les hubiera partido los testículos ante el simple pensar pero ahora creo que debería de encontrar donde están los míos.

Tomo el móvil por décima vez, ningún mensaje de la castalla.

¿Por qué demonios las personas no pueden pasar cinco minutos sin joderme la existencia?

El sonido del desgraciado aparatejo me detiene antes de girarme e irme de regreso al apartamento.

-No estoy de humor para llamadas-

Vuelvo a tocar la bocina pero el idiota del frente no se mueve.

-¿Vanilla Ice? ¿Qué demonios te pasa?- pregunta una voz aguda- Soy Anne-

-Sé quien eres, ¿Qué quieres?-

Frunzo el ceño, me estan comenzando a hartar.

-¿Qué que quiero?- esucho un resoplido- Pues un millón de dólares, una casa en las colinas y una librería pero recuerda algo ¡Tu me llamaste primero descerebrado!-

-No sé qué hacer con Mara-

El maldito carro al fin avanza.

-Pues según lo que hable con ella no va a poder salir del hospital en toda la noche-

-Entonces qué demonios hago Anne-

-Quieres dejar de ser un bebé y aceptar que es Navidad- algo parece romperse del otro lado de la línea- Planea algo especial, Mara no te abrirás las piernas por ser un piloto y menos por llegar con una caja de condones navideños- respira con pesadez- Mejor dicho no la abriría las piernas a ningún idiota Iván, ella es distinta-

-Lo sé, pero qué jodidos puedo hacer-

-¡Se supone que tú la conoces más que yo!- algo vuelve a caerse- Llevas yendo a ese hospital más de dos meses y aún así no sabes que quiere... eres un... copo de nieve-

Me río ante el insulto tan infantil.

-Anne estoy en Westfield -

Se que debo bajar pero realmente me niego.

-¿Y? ¿Por qué demonios me estás llamando?- suspira del otro lado- Deberías estar luchando por tu regalo-

-No eres de mucha ayuda, An-

-¡Estoy horneando un pavo!-

Tuerzo el rostro ante la idea de ella cocinando.

-Mejor inicio a buscar, no quemes el apartamento-

-Consigue un regalo de buena calidad si aprecias tu vida-

La llamada se corta.

Siento como mi respiración se acelera al poner el pie dentro del centro comercial, esta va a ser realmente una tarde de mierda.

Mi Caos RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora