Capítulo 43

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Soy conciente que todas las personas están saliendo y que soy el centro de sus miradas sin embargo ahora mismo no me puede importar menos lo que piensen de mi.

Me obligo a levantar la mirada y mi pobre corazón brinca. Una figura masculina envuelta en una chaqueta fuma a unos pocos metros de mi.

-¡Xav!- grito capturando la atención del chico pero cuando se voltea no veo unos ojos verdes o una sonrisa angelical sino a un pelinegro normal- Disculpa- vuelvo a mirar el piso.

El frío de la noche inicia a bajar pero en realidad no me interesa en lo más mínimo sentir como mis músculos se contraen. De reojo puedo ver el bulto negro en mi cartera, cuidadosamente lo saco y lo llevo a mi pecho.

Un sollozo se me escapa, soy una estupida.

Entierro mi cara en el abrigo esperando que este me console pero solamente causa que mis sollozos aumenten el volumen. De repente, siento un calor en mi muslo derecho como si una mano me estuviese tocando pero lo ignoro, no estoy de humor. La mano masajea el área de una forma tan peculiar, tragándome las lágrimas levanto la mirada para encontrarme con esos jodidos ojos verdes que tanto extrañaba.

Las palabras se atoran en mi garganta, las ideas abandonan mi mente y soy totalmente incapaz de moverme.

-¿Campanita?- su voz sale ronca de su garganta como si le dolieran las letras- ¿Qué te sucede hermosa?-

No puedo hablar así que lo único que se me ocurre es saltar a sus brazos con fuerza y estamparnos en un abrazo.

Xavier al principio se tensa ante mi muestra de afecto pero al pasar los segundos sus brazos pasan por mi cintura y yo me levanto del suelo para sentarme nuevamente en sus piernas. Inhalo con fuerza su cuello, su delicioso aroma me hace sonreír pero luego las lágrimas vuelven a aparecer en mis ojos.

Escondida en su cuello, me siento como en mi hogar, es donde quiero estar.

-¿Nyx? Hablame- yo no me muevo pero tampoco hablo- Por favor Campanita, déjame escuchar tu dulce voz.

Soy consciente del dolor en cada palabra porque yo tambien lo siento.

Tantas cosas que deseo decir pero ninguna parece la indicada.

Indecisa, subo la mirada, su cabello está despeinado y largo, un rastro de barba inicia a marcarse en su rostro pero lo que me deja de piedra son las bolsas negras debajo de sus ojos.

-¿No has dormido?- señalo de manera algo estupida- Te extrañe- añado de manera aún más tonta.

Una risa seca sale de su garganta pero antes de que pueda hablar llevo mi mano a su boca, silenciandolo.

-Dejame hablar- guardo las lágrimas al final de mi garganta- Se que necesitamos hablar las cosas pero necesito ser la primera-

Siento como su cuerpo se tensa así que llevo mi otra mano hasta su pierna para darle un poco de calma.

-Te amo- no pienso ni un segundo al decirlo - Nunca lo dude, Xavier Volkov eres mi corazón- confieso rápidamente- Soy una estupida, se que Chloe... - me atoro con las palabras- y Callum...-

Mi mano cae, no soy capaz de hablar con claridad sin parecer una repetidora rota.

Entre suspiro me acerco lo suficiente para que nuestros alientos se mezclan en uno solo, casi puedo saborear sus labios, esos que tanto extrañé.

-Yo...- inicio a hablar pero me paro en seco para juntar nuestros labios en un casto beso.

Sin importar que solamente sea el leve contacto entre nuestras bocas, no puedo reprimir un gemido y él un gruñido.

Mi Caos RusoWhere stories live. Discover now