Capítulo 32

7.2K 272 30
                                    

El sudor hace que nuestros cuerpos estén todos pegajosos, pero quede tan cansada que me importa poco. Nuestras respiraciones se van regulando poco a poco, pero el ritmo de ambos corazones sigue siendo rápido. Xav coloca su barbilla sobre mi cabeza, mientras suelta un suspiro. Sus manos pasan por mis lados, perezosas mientras trazo círculos sobre su hombro y dejo besitos sobre su corazón.

A pesar de mi fatiga, no puedo evitar que una sonrisa se encuentra presente en mi rostro. Por primera vez, siento que mi mente está tranquila y mi corazón feliz, sabiendo que alguien se preocupa por mí y me ama. Por más tonto que suene, Xavier me tiene como niña a la que le acaban de regalar un juguete.

Aunque Xavier puede llegar a ser un poco explosivo, es dulce y atento cuando demuestra amor hacia tí. Siempre me pregunta si tengo algo o cómo estoy. Aparte, me hace sentir especial cuando me trata como si fuera una joya de millones de dólares. Me ayuda a empezar a descubrir quién es Nyx Evans.

Sé que el trabajo de encontrarme es mío, pero igual necesito un tantito e ayuda. Sólo a una persona que me complemente, dándome a saber que estará para mí.

Siento como Xavier me remueve de encima suyo y se levanta, haciendo que le mire raro ¿Que tendrá? Se estira y pasa su mano por su rostro, soltando un bostezo. Quizás solo esté cansado, pienso para mis adentros. Mi mundo se viene abajo cuando veo que comienza a vestir, colocando los calzoncillos.

¿Qué hiciste mal, Nyx?

La preocupación me llena junto con el pensamiento de que quizás mi subconsciente siempre tuvo razón al decirme que nunca sería suficiente para alguien como Xavier. El miedo llega, provocando que mi respiración se vaya acelerando un poco por la falta de aire. De igual manera, la tristeza y vergüenza cae sobre mí como un balde de agua, haciendo que cubra mi cuerpo con cualquier cosa que tenga cerca.

¡No llenaste las expectativas!, ¡No llenaste las expectativas!, ¡No llenaste las expectativas!, el pensamiento se repite una y otra vez en mi mente, como si fuera un loop diseñado para atormentarme y bloquearme del entorno.

-¿Por qué te cubres, Campanita?-Escucho una voz en el fondo.-¿Campanita?-

Siento unos dedos tomar mi mentón, levantando mi rostro con lágrimas corriendo.

-¿Por qué lloras, Campanita-Su voz tiene un tono de preocupación, pero mi cerebro no razona en este momento.-¿Fui muy duro? ¿Te lastimé?-

Trato de mover mi rostro para que no me vea, pero su agarre es fuerte.

-Necesito que me respondas, Campanita-Bajo la mirada y suelto-Te arrepentiste.-Golpeo mi puño contra mi muslo.-¡Sabía que no iba dar lo que se necesitaba!-Susurro un poco alto, después soltando un sollozo.

¡Dios, soy patética!

Sus labios secan mis lágrimas para después impactar contra los míos. Al principio, mantengo la boca cerrada, pero Xavier se mueve de manera que mis labios se abran para él. El beso es tierno y delicado, mas la humedad en mis ojos sigue ahí. Sin abrir mis ojos, Xavier separa nuestras bocas y siento sus dedos limpiando mis mejillas.

-¿Enserio piensas eso, Campanita?-Lentamente asiento y pego fuertemente la almohada que cubre a mi cuerpo. Mis manos tiemblan sin parar y sorbo mi nariz constantemente, en espera de que la realidad salga de su boca.

-¡Ay! Mi Campanita-Suelta en un suspiro.-¿Cómo puedes pensar en tal cosa?-Sus manos desprenden la almohada de mi cuerpo y sus palabras hacen que abra mis ojos.-¿Cómo voy a arrepentir?-

Su cuerpo se pega a mi figura y sus manos se posan en mis mejillas, acariciandolas. En sus ojos hay un destello de cariño y preocupación, por lo que permito que mi cuerpo se relaje un poco.

Mi Caos RusoWhere stories live. Discover now