catorce ( 8/x )

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Ji Min suspiró nuevamente, había perdido la cuenta de cuántas veces había bostezado y suspirado en toda la tarde. Ya iban tres horas, tres horas y Min aún no llegaba.

Es algo normal en él, ¿no? Él siempre de impuntual.

Maldijo internamente por lo idiota que era ese chico, ¿así planeaba que le diera oportunidades?

Aun con su enojo, sonrió en grande. Su corazón le decía que solo era un impuntual e irresponsable pero que de igual manera llegaría. Es su forma de "impresionar", ¿cierto? Así que, con ese pensamiento en la cabeza volvió a la cocina a revisar que toda la comida estuviese presentable, que la mesa estuviese bien arreglada, el vino junto con las copas y su ropa bien acomodada.

Ese idiota no se esperaría nada de esto, Ji Min estaba seguro. Así que volvió a sentarse en el sofá de la sala a esperar al pálido de cabello azul llamado Yoon Gi.













- ¿Sabes que? Mejor olvídalo. Me di cuenta de que eres una interesada, no me gustas.

Otra humillación más, risas, videos.

Si bien no todos habían caído en su broma, Min solo podía pensar en el pelirosa que ya tenía oreja y, claro, nunca le dijo.
¿Que estaba planeando? ¿Enamorarlo y luego quitarle el dinero? ¿Y con ese dinero complacer a su pareja?

No, Min no podía permitirse otra estupidez así.

Mientras se iba en su BMW del año hacia otro centro comercial en el cual hacer una broma llegó a su mente que ese día, exactamente tres horas atrás, había quedado con Ji Min en su casa.

No iría, claro está. Ese chico tierno le robó el corazón así como hizo que este se partiera en pedazos.

- Maldito enano - murmuró con pesar. Su pecho dolía, sus ojos picaban.

- Hey, amigo... sigo pensando que deberías hablar con él, tal vez no es como pensamos... - sugiere Nam Joon, al ver como la cara del pálido se transforma de un momento a otro.

- No. - niega por enésima vez - No voy a buscarlo... él tiene a otro, me ha herido, como los demás. Todos son exactamente iguales.

Ambos amigos de Yoon Gi se miraron entre sí, sin saber que hacer exactamente. El día pasó entre broma y broma, humillaciones y humillaciones. Aunque el pecho del chico con cabellos azules aún se oprimía. No podía permitirse seguir llorando.

Mientras tanto, un pelirosado llamaba a Tae Hyung casi rompiendo en llanto, cuando se dio cuenta de que eran ya las diez y media de la noche y Min Yoon Gi nunca iba a llegar.

Muy muy corta :c
¿Que tal están?

social experiment | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora