social experiment | yoonmin

veintidos

En un parque de inmenso tamaño, se encontraba Min Yoon Gi con su mantel de cuadritos en el césped, una gran cesta llena de comida y un ramo de rosas en su mano izquierda.

Ji Min iría a encontrarlo allí, ¿Que como lo sabía? Envío a sus hombres a llevarlo a la fuerza luego de su horario de trabajo, el cual ya había investigado. No había manera de que Ji Min no se presentara a esta "amena reunión", oh, claro que no.

Luego de conversar con Park Chan Yeol, pensó bien en sus acciones pasadas y sus futuros movimientos, para así tener al rubio de vuelta en su vida. Sabia de más que si lo invitaba no iría ni aunque le ofreciera millones, sabía que no lo quería ver ni en pintura, pero si necesidad de tenerlo cerca era tan Grande que intentaría todo para volver a tenerlo.

Chequeó nuevamente las almohadas en el césped, que la canasta estuviese en medio de la manta, reprodujo la playlist llamada "Operación perdón" donde habían solo baladas qué tal vez le gustaran al rubio, y se sentó a esperar. No faltaba mucho para que llegase Ji Min, lo sabía porque había recibido una llamada de uno de sus guardaespaldas -de los que fueron a buscar a Ji Min- diciendo que ya lo habían metido al auto, pero que este les había pegado unos buenos golpes al resistirse.

— Enano tonto — murmuró con una leve risilla. Pasaron unos treinta minutos antes de escuchar el griterío del rubio, exigiendo que lo dejasen tranquilo de una vez. Su rostro estaba rojo de la rabia, pero era gracioso ya que los hombres que le sostenían eran centenares de veces más altos y musculosos. Él parecía un pequeño Chihuahua. En algún momento ambos pares de ojos se encontraron, y Ji Min paró de forcejear, ahora sabía a que venía todo esto.

— Min Yoon Gi, ¡Déjame en paz de una maldita vez! — empezó a reclamar. El peligris le dio una pequeña sonrisa, indicándole que se siente frente a la manta con la canasta encima. — Ni lo pienses. No voy a quedarme aquí.

— Cariño, tú decides si te quedas tranquilamente aquí a tener una cita conmigo, o me veré en la obligación de decirle a mis hombres que te mantengan ahí sentado. — habló pacíficamente el hombre de piel más clara. — Esto es si o si, precioso.

Juraba haber escuchado sus dientes tronar de lo apretados que estaban. Ji Min estaba muy enojado.

Terminó sentándose luego de murmurar varias maldiciones, haciendo que Yoon Gi sonriese levemente. — Te odio.

— Yo también te amo, pequeño.

POR FIN TUVE CHANCE DE ACTUALIZAR, tenía unos exámenes de suma importancia, tuve que dejar de lado wattpad, incluso el baile, para concentrarme en esos exámenes. ME FUE BIEN POR CIERTO, hubieron unas tiernas niñas que me han dejado comentarios de apoyo, muchísimas gracias, aún no han pasado todos los proyectos que tengo que hacer, así que no puedo prometer que seguiré actualizando seguido. Espero salir pronto de todo este estrés y dar por terminada esta historia.

MUCHO AMOR PARA TODAS Y TODOS