Blankets

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Debajo de las mantas se oculta un secreto, agobiado por aromas que lo inundan en un recuerdo, tan vergonzoso como excitante, que confunde el alma y sonroja al cuerpo, o al menos, ese era una pensamiento bastante hilarante de su romántico corazón, quien está hipnotizado por un ser tan inalcanzable como inmortal, siendo la incongruencia en lo poco que le queda de conciencia.

¿Desde cuándo tiene esos pensamientos?

Quizás desde que las cosas con Karen se habían complicado, desde que estuvo solo pero siendo incapaz de volver a querer regresar a su antigua vida; un escalofrío recorrió su cuerpo, disgustado por el solo hecho de retomarlo en sus pensamientos. Sí, dolía, pero no merecía repetir ese patrón si, de cierta forma, aún seguían viéndose, si seguía viéndolo.

¿Viéndolo?

Sus pensamientos se esfumaron, y se encontró en una habitación particular cuando se deshizo de las mantas en su rostro. Intentó asimilarlo con algunos de sus empleos, con la posibilidad de que hubiera caído en un sueño aun siendo una prohibición general, pero eso no se sentía como un sueño, y afortunadamente, no estaba haciendo nada estúpido para verificarlo.

Entonces, ¿qué se supone que estaba pasando? No recordaba regresar a casa, mejor dicho, ni siquiera sabe cómo había terminado su día. Es incapaz de visualizarse en el mostrador durante la noche, o cerca del establecimiento en donde trabajaría como empleado nocturno, ni siquiera el olor de los productos de limpieza con calidad dudosa no se impregnaron en sus fosas nasales, manteniéndolo despierto por la pestilencia que emanaban; pero sí podía apreciar un toque de hierbas e incienso, aquel que estaba en descuento en la tienda naturista en la que trabajaba.

Aspiro más, un dólar con noventa y nueve, olor a caoba, sumando tres dólares de menta con hierbabuena, las cuales parecían concentrarse en ayudarle a respirar más de lo que haría en otros días. Cosa ilógica, considerando que él no ha tenido el tiempo de siquiera prepararse un buen baño caliente.

Se arrastra hasta el respaldo de la cama, recopilando las pocas pistas que ha ido obteniendo en su lento despertar de consciencia; no está en su hogar, ni en su trabajo, pero por la tranquilidad y la ausencia de las figuras de ley, es un invitado, o por lo menos, alguien no desagradable. Eso permite una nueva incógnita de la cual no está muy seguro de cómo resolver.

¿Estaba solo?

Afortunadamente, no tuvo que recurrir a un plan elaborado para descubrirlo, ya que su inesperada compañía hizo presencia tanto en la habitación como en su interior.

« ¿Steve?»

Una sonrisa es la única respuesta que obtiene en un inicio, no obstante, cuando se acerca, solo es capaz de ver como sus labios se mueven, sin idea alguna si pronuncia alguna palabra, más que nada, porque puede leer la acción que viene como si pudiese leer su futuro cercano.

Cerró sus ojos, esperando que tan solo sucediera lo que aloca su ritmo cardíaco.

Pero no hubo nada.

Entonces lo supo, había despertado.

Peace, Love and WorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora