Love/Heartbreak

79 13 7
                                    

Lo veía atentamente, desde sus ademanes para explicar que toda la catástrofe terminó hasta como su boca pronunciaba un adiós que no quería aceptar, incluso si este solo era cordial y no significara un fin como su persona lo propuso en un primer momento; su roto corazón ahora agonizaba en todo el amor que desbordaba, porque es consciente de que sí lo deja irse, no correrá con tanta suerte.

Por lo mismo es que ha ido tras él, importándole poco lo que llegase a pasar. Si el destino le había dado la oportunidad de estar juntos ¿por qué debería oponerse?

«¡Larry!» su cuerpo se abalanzó contra el más alto, derribándolo a la par que se aferraba en un abrazo.

«¿Steve? Pero qué―».

«¡Te amo!» soltó en un chillido poco agraciado. «Y yo, nunca―» intentó explicar la causa de la brecha que nunca pudo separarlos al final. «Estaba asustado, yo pensaba que―».

Un beso en su frente le hizo quedarse sin palabras.

«Aún no estoy acostumbrado a lo que siento» explicó la roca, más seguro de lo que creía estar. «Pero quiero intentarlo, solo si tú quieres intentarlo» quizás es demasiado lo que siente, pero si no actúa con calma, acabarán por tener otro accidente. «Y por favor, deja de caer encima de las personas» regañó, pidiendo con pequeños empujones que lo dejara levantarse antes de quedarse sin un empleo "estable".

Cuando ambos estuvieron nuevamente de pie, el maestro espero paciente a que su ahora correspondiente amor finalizará de limpiarse, o algo parecido, dado a la complicación de la labor ahora que abrazaba su brazo derecho; una parte de sí sabe que esa acción es más que molesta, pero su alma queda encantada cuando el otro solo sabe halagarlo que recriminarlo. O quizás era una especie de truco que le hacía tener la inmensa necesidad de regañarse a sí mismo por tal drama que armó por un malentendido de su parte.

«Debo volver a trabajar» retomó la voz en el silencio, rascando su nuca cuando las siguientes palabras salieron. «Podríamos comer juntos en mi siguiente hora de descanso».

Asintió, intentando que sus saltos de emoción se redujeran a pequeños movimientos ansiosos por su "cita".

Su mano se agitó de un lado a otro, despidiéndose finalmente cuando el contrario fue solicitado por uno de sus superiores al verlo cómodamente platicando; una vez estando solo, una entidad conocida se acercó, cosa que resultaría menos afortunada para este que para su persona, quien ya lo sacudía a una intensidad exasperada.

«¡Tienes que ayudarme!» suplicó/"ordenó" al menor, quien intentaba detenerlo. «No puedo ir solo, ¡no sabría que hacer!» si retomaban que su anterior encuentro, acabó de mal manera.

Antes de que Rob pudiese siquiera hablar, una nueva persona se unió a la conversación, o mejor dicho, forzó la integración cuando una de sus manos lo cogió del exterior para volverlo un asunto de tres.

«¡Será una cita doble!»

Rob miró a Gumball, y rogó a Steve que se detuviera.

Peace, Love and WorkWhere stories live. Discover now