Haunted/paranormal

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Su archienemigo tenía razón en algo, lo más paranormal que podía pasar en Elmore era que ellos dos estuvieran juntos. Citando la absurda frase de Gumball: "Mr. Small es tan...Mr. Small y Larry, bueno, es Larry"; en palabras más sencillas, eran mundos opuestos que estaban frecuentándose más de lo que uno podría imaginar, y aunque no siempre estuviera de acuerdo con este, comprendía que eran dos elementos que mientras más se acercaran, más ajenos se mostraban ante los demás. O eso era en un principio, porque ahora que los veía juntos, conversando, ignorando las voces entrometidas, se mostraban como un espejo que reflejaba lo mejor del otro.

No importaba que tan contrarios fueran por naturaleza, cuando el telón de la sociedad bajaba, eran un par de gotas de agua.

Es entonces cuando el primogénito de los Watterson poseía la razón: ellos eran un evento paranormal, porque eran escasas las situaciones en las que un amor así se podría dar; bufó cuando recordó a los padres de este, que eran el otro caso fenomenal. Tanto amor lo estaba congelando.

Comenzó a retirarse, procurando resguardarse de la tundra de sus emociones ahora que la soledad se volvía asomar, pues bien, deseaba evitarse una nueva herida que no pudiese tratar en totalidad. Más su cuerpo es detenido por una mano amigable, que suplica su presencia en ese momento que le parecía privado; negó, incómodo por la sensación de estar interviniendo en algo que no podría siquiera analizar, aunque la oposición no duró siquiera segundos, cuando un abrazo se presentó en su persona, sumándose a una caricia en su rota cabeza.

Removió cada fibra de su ser, suplicando huir en sus movimientos, pero se apaciguó con el pasar de los segundos en los que el hippie agradeció su apoyo, que acabó por avergonzarlo cuando se sumó la gratitud del más alto.

Comenzaba a sentirse demasiado extraño, como si se tratara de una clase de embrujo que ahora estaba haciendo efecto.

«Vayamos a casa» las palabras de Steve lo hicieron mirarlo anonadado, considerando su verdadero "hogar". «Prepararé burritos vegetarianos».

Ahora el desconcierto lo abrumaba, porque no estaba seguro de lo que eso significaba.

«Dime que es más que una tortilla envuelta» las risas de los adultos solo ocasionaba una fuerte sensación de desasosiego, al no comprender lo que provocaban esas palabras cálidas como las que se agregaban en broma. «Puedo llevarlos, aún tengo tiempo y puedo aprovechar para entregar unos cuántos pedidos que han reservado a mi nombre».

La mano derecha acabó siendo cogida por el maestro, mientras que la izquierda, fue tomada con delicadeza por el trabajador sobreexplotado; una incomodidad se posó en su vientre, que acabó por diluirse cuando comprendió que fue una idea absurda de su tutor, el cual solo se avergonzó cuando lo evidenció en su intento de ser "más cercanos".

Needlemeyer rió, y su persona no pudo evitar de igual manera sumarse a la carcajada baja, que convertía nuevamente el rostro blanco del contrario en una tormenta de pena rojiza.

Peace, Love and WorkWhere stories live. Discover now