Forest

89 23 1
                                    

Definitivamente, no comprendía el cómo llegaron hasta ahí, mejor dicho, no entendía porque había aceptado asistir en ese evento a mitad del bosque, menos el cómo permitió ser amarrado en un parpadeo a un árbol mientras su acompañante jugaba el papel del activista "invencible", quien declaraba con total seguridad que no se retirarían por más máquinas que se avecindaran, por más policías con violencia que llegaran. Y es verdad que su persona cometió una imprudencia impulsada por un deseo, y es cierto que a pesar de ello, fue perdonado en un instante, más no creía que su vida fuera un trato justo para calmar la culpabilidad que creció en su pecho en los siguientes días.

Estaba seguro que lo único que ahora existía en sus pulmones era un aire de terror que suplicaba sin aliento que lo liberaran, ya que se sentía incapaz de mantenerse de pie aun cuando las cadenas lo obligaban.

«Steve, por favor, esto es una locura» con la poca voz que le queda después de tanto gritar, trata, nuevamente, de convencerlo de que todo eso es una pésima idea. «No se detendrán».

«Larry, no podemos renunciar ahora, ¡estamos a punto de conseguirlo!»

« ¡Nos matarán, Steve!»

« ¡Así se habla! ¡Nos mataran si ellos intentan acabar con nuestros productores de aire naturales!»

Lo miró perplejo, con la sangre vuelta hielo y las puntas de sus dedos temblando cuando tantearon las cadenas que le impedían su seguridad. Una risa escapó de sí, entre los nervios y los constantes pensamientos de que todo sería más fácil si salía de eso; los clientes, sus jefes, su falta de libertad, ¡cualquier cosa no significaría nada a comparación de lo que estaba viviendo! Ni siquiera la crisis que lo intentaba obligar a vomitar lo vencía como la tenacidad del otro.

Su corazón estaba decidido a detenerse para abandonarlo de una vez por todas en ese martirio con olor a pino.

«De acuerdo, escucha» sus último aliento estaba dispuesto a sacrificarse para hacerlo entrar en razón. «Si salimos de este bosque antes de que pierda el conocimiento, prometo hacer la cosa más naturista y menos consumista posible, ¡apoyaré una marcha entera! ¡Me vestiré de lo que sea para apoyar cualquier causa no mortal que quieras! Pero por favor, vámonos a casa».

El dolor de garganta crece al igual que el temor de mirarlo directamente. Comprende si su petición es denegada, si tomaban en cuenta que aceptó venir en el mismo instante que lo invitó, sin preguntas ni dudas; algo imprudente de su parte, pero cuando la culpabilidad lo atacó, gracias al fingir demencia durante sus encuentros, no tuvo otra opción más que ceder a lo que él quisiera, con tal de que pudiera ver que realmente, sin importar sus incongruencias, disfrutaba pasar el tiempo a su lado, aunque este mismo solo lo confundiera al no entender/aceptar lo que sucedía cuando ellos se encontraban.

Por fortuna, Small pareció comprender su miedo, y por desgracia, ninguno alcanzaba la cadena que los sujetaba con fuerza.

Peace, Love and WorkWhere stories live. Discover now