Magic

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Sus bocas se separaron cuando ambas inseguridades se encontraron en el mirar del otro, incrédulos del acontecimiento que ahora provocaba un hormigueo en los belfos mutuos; el tiempo se congeló, sus corazones se paralizaron, cada quien buscó refugiarse en alguna parte de la habitación con tal de que el enrojecimiento de sus rostros no se volviera obvio. Su persona se sintió tan diminuto, tan idiota, al grado de temer el lamer sus propios labios al reconocer que el sabor del té se había impregnado en ellos; tentación, represión, deseaba saber si esa suposición era indudable a la vez que temía encontrar la verdad.

Era magia lo que hicieron, empero, su alma se sentía atrapado en una época en donde dicha sensación clasificaba como una brujería hundida en el pecado de un amor condenado.

Colores grises, patéticos, desesperados; era un hombre terrible que se envolvió en un acto inconsciente e hipócrita. Ni siquiera sabía qué era lo que sentía, e incluso cuando los suspiros de su alma susurraban, de vez en cuando, el nombre de su vieja amada, se atrevió a una acción que calificaba como un ultraje, una transgresión ingenua contra su presencia.

Las diminutas manos sostuvieron la suya, notando finalmente la sudoración excesiva de su cuerpo. Llevaba tanto tiempo sin sentirse tan abrumado, que sus propios ojos parecían lagrimear simplemente por estar confundido ante un hecho que nunca hizo presencia en sus antiguas dudas atrapadas en el abismo mental; sostuvieron su temblor como si un tesoro tímido se tratara, y aunque ninguno tuviera valentía, podía sentir como se esforzaba en ser un lugar seguro, en donde podría sostenerse sin importar la decisión final de sus sentimientos. Él estaba ahí, ellos seguirían ahí con todo y sus pesares.

La boca contraria se movía, emitiendo probablemente palabras que jamás escucharía, ya que de alguna forma se ensordecía al distraerse en la calma con la cual, probablemente, lo trataba de tranquilizar. Más allá de lo que en esencia podía observar, la forma en que los dedos pequeños y delgados dudaban, el cómo sus ojos nunca lo volverían a mirar tan fijo como antes, ese sentimiento tan cálido y frío que los unía...Small estaba igual o peor que su persona, y de igual forma, estaba tratando de dar lo mejor para que tuviera lo mejor.

Una acción desinteresada que solo le recordaba lo frágil y egoísta que podían volverse las personas.

Lo incomprensibles y complicados que eran.

Así que simplemente, dejaría de pensar demasiado, dejaría de concentrarse en la segura tragedia que se avecinará por abandonarse a sí mismo por tan solo unos momentos.

Si la magia existía, adquiría el derecho a descubrirla, y si podía encontrarla en él, entonces, merecían disfrutarla hasta que la ilógica se volviese lógica.

Inhaló toda inseguridad posible, comprimiéndola hasta el fondo de su pecho para exhalar las mismas como un acertijo que ni el hombre más ilustre lograría descifrar, de esa forma no podría reconocerlas. Así que con la incógnita puesta en su boca, volvió a besarlo.

Peace, Love and WorkWhere stories live. Discover now