𝓉𝑒𝓃

1.1K 118 1
                                    

—Aquí estás maldita sea. 

Sebastian se levantó al notar un bulto sobre él. Al abrir vio a su amiga mal maquillada con cara de enfadada sobre él.

—¿Sunny?

—¿Qué diablos hacemos aquí?

Parecía enfurecida, y probablemente tenía motivos para hacerlo, no le había pedido permiso, pero pensó qué era lo mejor para ella no moverla de un lado a otro.

—Perdón.

Suspiró y se incorporó, intentando peinarse un poco con las manos para que el cabello no le molestase.

—¿Podemos irnos ya?

—Sí, llamaré a un taxi.

Al bajar, pudieron ver a Chris sin camiseta y con los pantalones del pijama preparando algo de desayuno. Al verlo recordó lo de la noche anterior, le había besado, y le había gustado. El corazón empezó a papitarle rápidamente y se puso nervioso, no podía estar delante de Chris.

—¿Qué coño hace así vestido?

Miró a su compañera la cual lo miraba con cara de asco, desde luego Sunny no tenía el mejor humor por las mañanas.

Chris los miró y sonrió.

—Chicos, estoy haciendo el desayuno, ¿queréis?

—Nos íbamos ya en realidad —Contestó Sunny antes de que Sebastian pudiese decir nada—. Si me doy prisa tal vez no llegue tarde a trabajar, agradezco que nos hayas dejado dormir aquí pero... Preferiría que no volviese a ocurrir.

Sunny se dirigió hacia la entrada un poco alterada. Sebastian no dijo nada, ya estaba lo suficientemente confuso con Chris como para desayunar a solas con él. Quería contarle a su amiga lo que había pasado, pero sabía que estaba muy enfadada, para ella el trabajo era lo más importante, y no se podía permitir llegar tarde.

—¿Por qué nos hemos quedado aquí esta noche, Sebastian? ¿Chris solo es tu ídolo o acaso hay algo más?

El chico la miró sin saber muy bien qué responder, pero ella lo conocía lo suficiente, suspiró y posicionó las manos en el volante.

—¿Qué ha pasado? —Preguntó ya calmada.

—Chris me besó anoche.

—Entiendo.

Sonrió y arrancó el coche, no era tonta, y sabía que a su amigo le gustaba Chris Evans mucho más de lo que llegaba a reconocer, así que por muy tarde que llegase, no podía evitar sentirse feliz por él.

𝘮𝘺 𝘣𝘰𝘺 - evanstan | ✔Where stories live. Discover now