Capitulo 6.

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Hola!!!! Aquí vengo a dejarles otro capitulo, espero lo disfruten y gracias por su apoyo =)


Capítulo 6.-

Con desgano revisó por enésima vez la hora en su celular, el tiempo transcurría tan jodidamente lento que por momentos sentía que le faltaba el aire. La voz del profesor de turno resonaba como un lejano eco en su mente, y su cuerpo era víctima del desgano. Recargó su mejilla contra el libro abierto de biología, un suspiro cansado escapó de sus labios. De reojo observó a Miguel, adoraba contemplarlo, le encantaba como mordía la punta del lápiz mientras observaba hacia el frente tratando de comprender lo que explicaban.

Una sonrisa boba se instaló en su rostro al ver cómo el peruano fruncía el entrecejo ante la repentina pregunta del profesor. Si era sincero, no tenía la más puta idea que había preguntado el hombre. De pronto ocurrió, sus miradas se encontraron, Manuel sintió su estómago revolverse con violencia, mientras que Miguel se sintió en las nubes al ver la hermosa sonrisa que le dedicaba el chileno.

— ¡Señor Gonzáles! — Exclamó con brusquedad el hombre, para luego golpear con violencia el viejo y rayado pupitre.

— Profesor... — Musitó bajito con cierta timidez.

— ¿Es sordo o tarado? — Las risas de los demás chicos no se hicieron esperar.

— ¡Profe! — Martín se puso de pie, su rostro reflejaba soberbia. — Manuel no es sordo, solo es un poquito tarado, téngale un cachito de paciencia. — Alzó ambas cejas para luego sonreír.

En ese momento, Manuel se sintió traicionado por Martín. Pensó que las cosas iban bien entre ellos, quizás no eran los mejores amigos, pero habían logrado sociabilizar un par de veces en el último mes, por lo que ingenuamente creía, que habían quedado saldadas sus viejas rencillas. De reojos observó a Miguel, este se mantenía cabizbajo mientras rayaba con brusquedad una hoja de su cuaderno. Llegó a la triste conclusión de que una vez más estaba solo.

— Señor González. ¿Puede ser tan amable de responder a la pregunta? — La rudeza con la que el hombre le hablaba lograba intimidarlo.

— Yo... No escuché. — Producto de los nervios mordía sus labios con insistencia.

— Entrégueme su libreta de comunicaciones. — El hombre extiende la mano.

— No es justo profesor. — Pese a estar en desacuerdo saca la libreta y se la entrega. — No he hecho nada malo y tampoco he sido atrevido con usted. — Se quejó.

— No he pedido su opinión. — El hombre se dirige hasta su escritorio, se acomoda en su silla y procede a escribir, una vez termina le entrega la libreta al chico. — Ahora retírese de mi clase, y no lo quiero ver hasta que su apoderado venga a hablar conmigo.

Quiso protestar, defender sus derechos, mas, en silencio y avergonzado guardó sus útiles en la mochila para luego salir con prisa del salón. Deambuló perezosamente por el pasillo encaminándose al baño, encerrándose en este. Observó su rostro en el espejo, lucía tan cansado, era un verdadero desastre, en sí, su vida entera era un puto desastre, y con tan pocos años de vida se sentía tan jodidamente agotado.

De pronto la puerta tras él se abrió, rápidamente agachó la cabeza para que, quien fuera el que entró no notara sus lágrimas. Alzó abruptamente el rostro al sentir unos brazos rodearle por la cintura, aun así mantuvo los ojos cerrados, mas, al palpar las manos ajenas supo Inmediatamente de quién se trataba. Ya más relajado se recargó contra el cuerpo de Miguel pudiendo deleitarse con su aroma. ¡Lo extrañaba tanto! La lejanía que se había instalado entre ambos era una tortura. Una vez más la vida se encargaba de castigarlo, de herirlo, de romperlo un poco más, sin embargo, en su afán por castigarlo había arrastrado a Miguel a un mundo oscuro y cargado de dolor.

"Tú + Él = Yo"Where stories live. Discover now