Capítulo 15.

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Hola!! Disculpen tanta tardanza, la universidad ha consumido la mayor parte de mi tiempo. Ayer pensaba actualizar, pero por la tarde recibí una mala noticia y me sentí tan mal que no tenía cabeza para nada. Acá les dejo el nuevo capítulo.

Capitulo 15.

Abrió los ojos lentamente, sus párpados se sentían pesados y sus labios estaban resecos. Intentó hablar, sin embargo nada salió de su boca. Observó todo a su alrededor, notando que extrañamente no estaba en su habitación. Asustado, se sentó en la cama, su corazón latía con ímpetu, estaba aterrado y completamente desorientado. Un intenso aroma a pan caliente inundó sus fosas nasales y su estómago se revolvió, provocándole unas tremendas náuseas.

La puerta de pronto se abrió, todo su cuerpo se tensó e internamente se repetía una y otra vez que todo estaría bien. Sus puños se aferraron con fuerza a las colchas negras que cubrían su cuerpo, mientras su mirada se mantenía fija en la silueta del hombre que acababa de entrar.

—Hasta que despiertas—. Masculló mientras avanzaba en la oscuridad.

— ¿Dónde estoy? —Preguntó con voz ronca, su garganta dolía por lo que tosió despacito.

—En mi casa—. Dejó la bandeja sobre el buro para luego encender la luz de la lámpara—. ¿Recuerdas lo que pasó? —Se sentó sobre la cama a un costado del chico.

—No... —Desvió la mirada, no deseaba que el mayor notara lo aterrado que estaba.

—Fuí a tu casa, necesitaba que tu padre pague lo que me debe. Llegaste tú, te asustaste y terminaste desmayado—. Esbozó una sonrisa burlona—. Pensé en dejarte ahí, pero luego creí que podrías ser de utilidad. Necesito que tú padre me pague y tú serás mi garantía.

—Mala garantía escogió—. Fijó su mirada en él, frunció el ceño y apretó los labios—. Mi padre no me buscará, él no moverá un solo dedo por mí, jamás me considero su hijo, solo está perdiendo el tiempo.

—Es de humanos equivocarse, Manuel—. Le guiñó el ojo, se Inclinó ligeramente para tomar la bandeja y acomodarla sobre las piernas del chico—. Ahora come algo, estás demasiado delgado, tu aspecto no luce bien.

Manuel, guardó silencio. No tenía hambre sin embargo, no deseaba hacer enojar a ese extraño sujeto. Además tenía razón, su aspecto físico no era el mejor, más de una vez Martín se lo había hecho ver. Tomó la humeante taza de café entre sus manos y desconfiadamente la acercó a sus labios degustando el intenso sabor de la infusión. Más confiado comenzó a dar leves sorbos a su café, de reojos observó la marraqueta con queso, se veía rica por lo que dejó la taza a un lado y tomó el pan dándole una gran mordida. Masticó pausadamente y tragó, en ese momento su estómago dolió a causa de la fatiga por lo que se encogió en si mismo.

— ¿Desde cuándo no comes? —Cuestionó Gilbert, al ver la reacción del castaño.

—Como a diario—. Masculló bajito sin atreverse a mirarlo a la cara. De algún modo la intensa mirada del mayor lograba intimidarlo.

—Se nota que lo haces—. Arrojó aquello con evidente sarcasmo—. Necesito que te comas absolutamente todo, come despacio o de lo contrario te dolerá el estómago—. Se levantó de la cama.

— ¿Cuánto tiempo deberé quedarme aquí? —En un gesto nervioso comenzó a mordisquear sus finos labios.

—Puedes irte cuando te de la gana, te mantendré vigilado, sabré si te comunicas con el bastardo de tu padre—. Volteó a verlo—. De igual modo Manuel, puedes regresar cuando quieras. No olvides que mientras no me pague tú serás mi garantía y está será tu casa—. Sin más salió de la habitación.

"Tú + Él = Yo"Where stories live. Discover now