Capitulo 11.-

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Capítulo 11.

Por enésima vez giró en su cama, estaba agotado tanto física como mentalmente, aun así no lograba pegar un ojo. Sus mejillas se humedecieron y sus ojos ardieron a causa de las lágrimas. Molesto hundió su rostro contra la almohada, descargando contra está su pena y frustración. ¿Cuántas veces había llorado por Manuel desde que lo conocía? ¿Cuántas veces padeció su rechazo? Ahora que pensaba haber experimentado la felicidad en su máxima expresión, descubría una evidente verdad que con todas sus fuerzas se negó a ver.

Desde el otro lado de la pared escuchó quejidos y algunos sollozos, era Manuel, de seguro estaba teniendo una de sus recurrentes pesadillas. En ese momento deseo estar ahí, abrazarlo con fuerza y hacerle entender que jamás nadie podría llegar a amarle con la misma intensidad que él lo amaba. No porque Manuel no lograra despertar ese tipo de sentimientos en alguien más, todo lo contrario, pero estaba seguro que nadie estaría dispuesto a renunciar a si mismo con tal de verlo sonreír.

En ese momento se rompió aún más, llorando con fuerza, intentando inútilmente ahogar sus hipidos contra la almohada. De pronto unos suaves golpes contra la pared lograron dejarle petrificado en su lugar. ¡Había despertado a Manuel! ¿Qué haría? ¿Qué debía decirle? Tenía tanto miedo de reaccionar mal, de herirlo de alguna manera, de hacerlo un poco más infeliz.

— ¿Miguel, estás bien?— Un suave murmullo se coló por el pequeño orificio que él mismo hizo para mantenerse comunicados.

—No, no estoy bien. Manuel, tenemos que hablar—. Logró articular entre lastimeros sollozos.

— ¿Pasó algo con tus papás?— Desde el otro lado Manuel se sentó en el suelo, recargando su mejilla contra la pared.

—Mis padres están bien... Nosotros no, nosotros estamos mal... Demasiado mal. ¿Manuel, lo entiendes?— Con desidia se levantó de la cama.

—No te entiendo, Miguel...—, dejó escapar un prolongado suspiro—. Sé más específico weón.

— ¿Qué tiene Martín que yo no tenga? ¿Manuel, por qué no me lo contaste? Antes de ser novios, fuimos amigos ¿acaso lo olvidaste? Creí que éramos los mejores amigos, pero nunca me contaste que amabas al Tincho, no confiabas en mí—. La voz se le quebró y rompió en llanto una vez más—. Él huevón te ha tratado tan mal, aun así eras feliz con solo mirarlo. ¿Dónde carajos quedo yo? ¿Qué huevada tienes en tu cabeza? ¿A qué estás jugando? ¡Respóndeme algo, cojudo!

El mundo de Manuel de pronto se desmoronó, no sabía que decir, como excusarse ante las palabras de Miguel. Tenía toda la razón, pero eso era parte de su pasado, ellos debían vivir el presente y proyectarse hacia el futuro. ¿Miguel le creería nuevamente? Tenía tanto miedo de que no lo volviera a hacer. Es verdad, había amado a Martín, o eso había creído en ese entonces, sin embargo lo amaba a él, amaba a Miguel con locura, y la sola idea de perderlo lograba aterrarlo. De igual modo comprendía su dolor y frustración, él le oculto algo tan importante y se arrepentía inmensamente por no haber hablado a tiempo.

— ¡Habla, Manuel!— Gritó con la voz rota.

Manuel guardó silencio, deseaba decir tantas cosas, poder explicarle todo. Sin embargo, las palabras no salían de su boca, tenía tanto miedo de decir algo imprudente y echar a perder todo. Con suavidad, azotó su cabeza contra la pared, lagrimas silenciosas se deslizaban por sus mejillas, mientras su mente trabajaba a mil, intentado encontrar una solución a la problemática que les asechaba como pareja.

—Miguel, tenemos que hablar de frente. Necesito explicártelo todo... Creo que lo estas mal interpretando—, Ante el repentino silencio del peruano comenzó a mordisquearse los labios—. Es verdad, hubo un tiempo en que me gustó Martín, me gustó muchísimo para serte sincero... pero tú te metiste en mi corazón. ¡Te amo, Miguel! — Se limpia la nariz con la manga de su pijama—. Perdóname weón, tuve que habértelo dicho, pero me daba miedo tu reacción.

"Tú + Él = Yo"Where stories live. Discover now