Capitulo III

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Era demasiado fácil dejar de prestar atención a clases teniendo en la cabeza la imagen de ese atractivo chico de cabello negro. Resultaba bastante curiosa la forma en la que se había metido en mis pensamientos sin esfuerzo alguno.

Al toque de la cuarta hora, salí volando hacia la zona de los casilleros para cambiar los libros, en el camino tropecé con alguien, puesto que no había prestado una pizca de atención al camino. Permanecí tumbada en el suelo tratando de soportar el dolor de mi trasero, ya que había caído de posaderas.

—¡Oye!— gritar fue mi primera reacción, a pesar de que la culpa había sido mía —¡Fíjate al pasar, zoquete!— me puse a mil colores cuando noté a quien me estaba dirigiendo, una sonrisa se instaló en su rostro

—Hola, Amette.— dijo y extendió un cuaderno que había tomado del suelo

—Jace...— de inmediato me levanté y tomé lo que me extendía —Lo siento... Yo... Soy una tonta.— murmure

—No tienes porque preocuparte.— me dedicó un guiño y lo ví alejarse hasta desaparecer en el corredor de las escaleras

Aturdida, corrí de vuelta al salón y Fuensanta, la maestra de Biología ya estaba allí. Jamás llegaba tarde y me miró con un gesto de sorpresa cuando toqué la puerta para llamar su atención

—Pase, tome asiento, señorita Bontt— me ordenó y entre, al pasar al lado del asiento de Josy, esta me dió un guiño y me lanzó un beso la muy condenada —¡En silencio, Señorita Bontt!— gritó la maestra desde el otro lado del salón, pude los ojos en blanco y tomé mi lugar con el ceño fruncido

Mire a través de la ventana y pude notar en la distancia a Ryan, el primo de Josy y mi mejor amigo, quien tomaba clase de Educación Física. Desvíe la mirada al recordar el cuaderno que Jace me tendió cuando tropecé con él, me sorprendió recordar que no traía libros fuera de la mochila, con curiosidad, lo abrí y en la primera hoja ponía: "En descanso, te veo en dónde esta mañana, me gustaría qué nos conociéramos mejor". Estaba escrito con tinta roja que resplandecía cuando le daba el sol.

No pude prestar atención a la clase de Fuensanta por más que lo intentara, no podía sacarme a Jace de la cabeza; y es que con él me siento realmente segura. Toda la vida, estuviera con quien estuviera; fuera conocido o no, sabía que había algo o alguien cuidándome de cualquier peligro que pudiese correr. Tenía la ligera impresión de que Jace era esa persona.

Por fin, al sonar la chicharra; por primera vez en mí vida agradecí ese molesto ruido, salí del salón como si me hubieran puesto unos cohetes en los zapatos. Deje mis cosas en mi casillero, me asegure de estar por lo mínimo presentable y me dirigí al área acordada. ¡Maldición!, los nervios me controlaban.

—¿Tienes frio?— me preguntó una voz grave y profunda por la espalda, un delicioso aroma a canela inundó el aire —¿Quieres mi chaqueta?—

—No, gracias. No es necesario.— me gire y le dediqué una mirada —Jace.—

—Nada de "No, gracias".— dijo imitando mi voz, sacándome una carcajada —Ten.— me colocó su chaqueta sobre los hombros

—G-gracias.— atiné a balbucear, ¡¿qué demonios pasa conmigo?!

Jace se notaba calmado y divertido, para aligerar mis nervios me senté en una jardinera que estaba detrás de nosotros; él por su parte se recostó con su cabeza en mis piernas y con la mirada fija en alguna parte del extenso cielo.

—Bien, ¿qué es lo qué quieres saber?—  pregunté, luchando por mantener mi respiración calmada

—Mhmn...— parecía pensarlo con detenimiento —Ya sé. Nos haremos preguntas para saber más del otro, ¿te parece?- sugirió sonriendo, le respondí con un simple asentimiento de cabeza —Primera pregunta.—

—Te escucho.— sonreí, animándole a continuar

—¿Color preferido?—

-Rojo- señalé mi cabello

-¿Es natural o teñido?-

Eso me sacó una carcajada y negué un par de veces —Mi cabello es natural.—

—Siguiente, ¿comida favorita?—

—Me la pones díficil...— pensé con detenimiento y sonreí —¡Ya sé!, ¡espaguetti!—

—¿Animal favorito?—

—Supongo que el león— me encogí de hombros

—¿País de origen?—

—México, baby— dije mirando al cielo con algo de nostalgia

—¿Por qué te mudaste a Canadá?—

—Mi padre buscaba una mejor vida y mi madre no se opuso. Empacaron todo y nos vinimos a vivir acá.— respondí, quizá un poco desanimada. Extrañaba a papá

—¿Música favorita?—

—Un poco de todo.— ya me estaba aburriendo, respondía por sólo mantener la conversación. Bien podía haberme quedado callada.

—Ya casi termino, ¿cantante favorito?— comentó cómo si hubiera leído mis pensamientos

—Michael Jackson.—

—Listo. Te va.— su sonrisa era capaz de sacarme una a mí

Hice exactamente las mismas preguntas y continuamos platicando. Fue así hasta que escuché un grito, alguien gritaba mi nombre a lo lejos.

Me enamoré de un vampiroWhere stories live. Discover now