Capitulo VIII

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(Esta canción me encanta, veamos cuant@s pueden averiguar por qué la puse y qué sentido tiene en esta historia. Pista: Ryan la escuchará pensando en Amette. ¡Preguntaaaa!, ¿qué siente Ryan por Amette?)

Si una vez
Yo pudiera llegar
A erizar, de frio tu piel
A quemar
Qué sello, tu boca
Y morirme allí... Despues

Y si entonces
Temblaras por mi
Y lloraras
Al verme sufrir

Hay sin dudar
Tu vida entera dar
Como yo la doy...
Por tí

Si pudiera ser tu héroe
Si pudiera ser tu dios
Qué salvarte a tí mil veces
Puede ser mi salvación

Si supieras
La locura que yo
Qué me hiere
Y me mata por dentro

¿Y qué más da?
Mira qué al final
Lo que importa es qué
Te quiero

Si pudiera ser tu héroe
Si pudiera ser tu dios
Qué salvarte a ti mil veces
Puede ser mi salvación

Oh, déjame tocarte
Quiero acariciarte
Una vez más
Mira qué al final

Lo qué importa es que
Te quiero
Si pudiera ser tu héroe
Si pudiera ser tu dios
Qué salvarte a tí mil veces
Puede ser mi salvación

Quiero ser tu héroe
Si pudiera ser tu dios
Por qué salvarte a ti mil veces
Puede ser mi salvación (x2)

Quiero ser tu héroe

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Narra Joselyn:

Íbamos en la carretera cuando de momento ví como Amette parecía debilitarse y como Joselyn, mi primo, se movía inquieto en su motocicleta. Cuando los ví detenerse a la orilla de la carretera me alarmé.

–Lucas...– balbucee –¡Lucas, detén el auto!–

–¿Qué pasa, cariño?– preguntó confundido por el repentino cambio en mi voz

–¡Oríllate!, ¡algo les pasa a Amette y Ryan!– estaba entrando en pánico

Prendió las intermitentes y se fue acercando poco a poco hasta detenerse unos metros atrás de la motocicleta de Ryan. Bajé apresuradamente del automóvil y prácticamente corrí hacia mi primo quien tenía a mi mejor amiga inmóvil entre sus brazos. Hice lo posible para retener las lágrimas que se acumulaban en mis ojos y un dolor indescriptible se alojo en mi garganta, anticipando lo peor.

–¡¿Qué pasó?!– fue lo primero qué pude formular sin qué se me quebrara la voz

–No lo sé.– respondió Ryan –De pronto ya no dijo nada, se fue soltando y se desmayó.– mi primo tomó el cuerpo de mi amiga y recostó su cabeza en su pecho

–Hay qué llevarla al hospital.– sugirió Lucas quien tenía la mirada enfocada en el cuerpo de la chica inconsciente

–Ryan, súbela al auto.– ordené sin detenerme a medir mi tono de voz

Me miró como si quisiera responderme pero mantuvo la boca cerrada. Tomó a Amette entre sus brazos y la alzó en el aire, la llevó al audi negro de Lucas y me pidió que abriera la puerta de los asientos traseros, la recostó y cerró de un portazo cuidando no dañar a nuestra amiga.

–Síganme de cerca.– le advirtió a Lucas, que asintió con la cabeza dando a entender qué no se preocupara

Ryan corrió de nuevo a su moto y la encendió, Lucas y yo entramos al auto y él hizo arrancar el motor. Ryan conducía a toda velocidad por las calles mientras Lucas mantenía la cabeza concentrada en no perderlo de vista; cada cierto tiempo yo miraba por el retrovisor al asiento trasero buscando señales de algo qué no estuviera en orden con Amette. Pero de igual forma, seguía inmóvil.

Me enamoré de un vampiroМесто, где живут истории. Откройте их для себя