Me enamoré de un vampiro

Capitulo VII

Conforme pasaban los días, el dolor que Jace había dejado en mi corazón, se hacia más y más grande. No asistí al instituto por varias semanas, de hecho si mal no recuerdo casi un mes. Ryan, el chico que conocía desde el grado medio, se había vuelto muy apegado a mí, lo consideraba el hermano mayor qué siempre quise y nunca tuve. Él me convenció a duras penas de volver a clases, y justamente ese día, sería el primero después de mucho tiempo que pondría un pie en el instituto de nuevo.

–¡Arriba, Grenny!– alguien me llamaba a gritos

–Déjame dormir...– balbucee con dificultad

–¡Grenny, levántate!– comenzó a hacerme cosquillas

Abrí los ojos y pude ver la inconfundible figura de Ryan...

¡¿Ryan?! ¡¿Qué demonios hacía Ryan en mi habitación?!. Entre risas, logré golpearlo en el estómago y hacer qué se cayera al suelo a un lado de mi cama.

–¡¿Qué haces aquí?!– le reproché, cubriéndome con las sábanas lo más que pude

–Tu madre me dejó entrar.– dijo mientras que con una mano se sobaba el estómago

–¡Sal de aquí!– le ordené

–¿Por qué?– preguntó haciendo un puchero bastante tonto y aferrándose a un almohadón qué estaba en el suelo

–¡Ryan!– le lancé un oso de peluche que tenía a un lado, dándole de lleno en la cara

–¡Está bien!, ¡está bien!– alzó las manos –Tienes 15 minutos o yo entraré por tí.– se levantó y salió por la puerta

Me levanté con rapidez y me dirigí al baño. Cuando salí me enfundé unos jeans, una sudadera con capucha y bolsillos, me calcé unos tenis y tomé el bolso qué estaba tirado en el suelo junto a mi tocador. Efectivamente, llevaba arreglándome apenas quince minutos cuando Ryan entro por la puerta de mi habitación y me buscó con la mirada. Se quedó inmóvil cuando me vió de pie frente a él.

–Tú y tu manía de vestirte de negro.– fingió estar decepcionado

–Déjame tranquila.– me colgué el bolso en el hombro y crucé los brazos –¿Nos vamos o no?–

-Iremos en la motocicleta- sonrío victoriosamente

–Te gusta hacerme sufrir, ¿verdad?– lo miré a lo ojos y me mostró un rostro inocente

–Todo por tí, Grenny.– salió del cuarto nuevamente y bajó las escaleras

Cuando salimos de casa se encaminó directo a la motocicleta qué estaba aparcada al frente. Josy y Lucas estaban afuera esperándonos también. Ellos habían comenzado su relación hacia unos días atrás. Me alegraba por ella, era mi mejor amiga, pero a veces me sentía incomoda con Lucas. Él y Josy esperaban en el auto que Lucas había conseguido de la nada, mientras que Ryan había comprado su motocicleta en una subasta por un precio razonable.

Cuando me hube despedido de mamá, me acerqué a ellos.

–Buenos días.– saludé a Josy y Lucas a través de la ventanilla que estaba baja

Ryan encendió el motor de su motocicleta haciéndola rugir y me dio un casco para qué me lo colocara. Me subí y me abracé fuerte a su cintura mientras viajabamos por la carretera para llegar al instituto.

(10 años atrás, 14 de Agosto; México, Jalisco)

Narrador omniciente:

Amette jugaba en el jardín trasero de la pequeña casa qué compartían sus padres y ella. Su madre preparaba arduamente la cena para esa noche, ya qué era el cumpleaños de su pequeña princesa: Amette Grenny Bontt cumplía 7 años. Su padre llegaría de uno de sus viajes de trabajo esa misma tarde, la pequeña Amette esperaba con ansias poder ver de nuevo a su querido padre, hacia meses que se había ido de imprevisto antes de que ella llegará a casa del colegio.