Capitulo XV (MARATÓN 2/3)

1.8K 132 1
                                    

Narra Amette:

Habian pasado tres días desde qué desperte. Aún no recuperaba del todo la vista pero podia sentir todo a mi alrededor. Como un sensor de movimiento.

Sabia que Jace estaba conmigo, era la misma presencia que sentía cuando estaba con mi ángel guardián, sin embargó, puedo saber que es Jace quien me cuida.

–Vaya.– exclamé –Volviste.–

–Am, tú sabes por qué me fuí.– habló él

–No, no es cierto.– reproché –Sólo te fuiste, desapareciste de mi vida.– reclamé con dolor

Narra Jace:

Se notaba el dolor en sus ojos. Era cierto. Jamás le habia dicho por que me iba. Simplemente, desaparecía sin dejar ni un recuerdo.

–Preciosa... Perdóname.– le supliqué, sabía que no podía verme, pero podía sentirme –Pero era necesario, tu padre dijo qué...–

–Alto.– me interrumpió. Mierda. Dije algo que no debía –¿Mi padre?, ¿mi padre dijo?.–

–Hay muchas cosas de las qué ni te imaginas.– expliqué –No sabes quién y qué eres, Am.–

–Entonces dímelo, Jace.– dijo –Dime quién y qué soy. Anda, te escucho.–

La miré, no estaba seguro de contarle la verdad. Pero ya no tenía opción, había abierto la boca, ahora tenía qué soltar la sopa.

–Está bien.– cedí –Tienes que escuchar con atención, ¿vale?.–

–Soy toda oidos.– contestó cruzando los brazos

–Tu padre, Bernardo Thomson Grenny, director, creador y dueño de más de cinco empresas de electrónica de tendencia mundial. Todo eso era simplemente una cara de la moneda, pues él era algo que jamás creerías posible. Su verdadero nombre era Bernardo Millar, mejor conocido como el jefe y señor de todo ser mitológico existente actualmente. Tú, Amette Millar, su pequeña y adorada hija, eres la heredera de todo su poder y riqueza, convirtiéndote así en la Condesa de Los Vampiros, Lobos, Ángeles y Demonios, que habitan la Tierra.–

–A ver, a ver. Para tu tren.– dijo –¿Me estás diciendo qué mi padre era el rey de todo y qué yo soy su heredera?.– parecía a punto de soltar en carcajadas

–En pocas palabras, sí.– respondí

–¡Estas loco!.– gritó

–Amette...– balbucee

–Mi padre era un simple empresario qué intentaba mantener a flote cinco empresas a la vez. No era el rey de nada ni nadie.–

–Soy un vampiro.– contesté

–Creo qué el que necesita cuidado intensivo eres tú.– farfulló

–¿Por qué no puedes creerme?.– pregunté frustrado

De momento, Ryan entró casi corriendo a la habitación, cuando vió como Amette mentenia los ojos clavados en algún punto indivisible para ella, de inmediato supo lo que había hecho. Había quebrantado el trato.

–¡¿Se lo dijiste?!.– exclamó

–¿Eh?, ¿Ryan?.– murmuró Am

–Tenía que hacerlo. No puedo volver a borrar sus recuerdos.– expliqué

–¡Ese no era el acuerdo!.– gritó furioso

–Ryan... ¿Qué está pasando?.– balbuceó Amette

–Ryan, su padre lo había decidido, no yo.–

–Pero... habiamos acordado... mantenerla lejos... de todo esto.– balbuceó el moreno

–¿Lejos de qué?.– nos interrumpió Amette

Ryan y yo nos miramos atentos. A pesar de que Amette no pudiera vernos, sabíamos que era imposible que no nos escuchara.

–¿De qué demonios están hablando?.–

–Muñeca, todo lo que te dijo Jace es verdad.– dijo sin rodeos

–Pero...– balbuceó Amette

–Y yo... yo llevo el mismo apellido que tú.–

–¿Ryan Millar?.– murmuró Amette

–Tu gemelo.– la voz de Graciela nos interrumpió

Me enamoré de un vampiroWhere stories live. Discover now