Capitulo VI

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Lucas tomó a Josy de las manos y se la llevo con el, alejándose de nosotros. Aquel parque era precioso, a esas horas de la noche las estrellas brillaban en su totalidad y la luna llena parecía que ofrecía su luz solo para nosotros cuatro.

Perdí a Lucas de vista, quién se había secuestrado a mi mejor amiga. Jace rodeo sus brazos por mi cintura y me sonrió, se alejó, tomó mi muñeca y me guío más al interior del parque. Nos detuvimos debajo de un gran arbol; un sauce llorón, su espesa melena conformada por ramas y ojas formaba un manto al rededor de nosotros dos, ocultandonos del exterior. Era algo sencillamente precioso. Allí había una manta sobre el suelo y una canasta con alguna que otra golosina.

-¿Qué hacemos aquí?- pregunté divertida

-Queremos qué se diviertan. Lucas se llevo a Joselyn a un lugar algo parecido pero con su estilo. Sólo por si te preguntabas donde estaba tu amiga.- respondió él y se sentó en el suelo sobre la manta

Hice lo mismo y me senté junto a él, me quite los tacos que comenzaban a molestarme y los puse a un lado. Jace me tendió una pequeña bandeja con fresas cubiertas de chocolate, tomé una y le di una mordida; Jace, mientras tanto, saco otras cosas de la canasta de la que entre ellas había una bolsa de bombones, una botella de jugo de naranja ya que yo no manejaba muy bien eso de beber, un platón con fruta picada y unos chocolates. Me miro sonriendo y me pasó un copa con jugo.

-Salud, preciosa.- dijo alzando su copa -Por nuestra amistad.-

-Salud por eso, entonces.- me sentí un poco desilucionada y tomé un gran trago del jugo

-Am...- me llamó por mi diminutivo, su sonrisa se borró por completo -Me voy.-

-¿A dondé te vas?- pregunté confundida

-Me voy de Canáda.-

Abrí los ojos de par en par -¿C-como qué te vas?- me costó mucho formular aquella pregunta, el nudo en mi garganta me impedía decir otra cosa

Dejó la copa vacía en el suelo y llevó sus manos a mi rostro. Lágrimas tibias brotaron de mis ojos sin permiso y él las limpió con la llema de sus pulgares, bajé la mirada ya que Jace no me permitía voltear el rostro.

-Preciosa, mírame.- acercó su rostro al mío

-No.- tal vez soné muy firme pero no podía creer qué se marcharía, más bien no quería

-Amette, mírame... Preciosa...- levantó mi mentón, forzándome a mirarlo -¡Mírame, Amette!- exclamó provocándome un respingo

-¡¿Qué?!- le grite en respuesta -¡Ah!, ¡¿Qué es lo qué quieres, Jace?!, ¡dijiste qué te ibas!, ¡¿no?!- volví a exasperarme -¡Lárgate de una bendita vez!-

-¡Am!- me sacudió por los hombros -¡Escúchame, por dios!-

-¡¿Qué?!. ¡Escúpelo de una buena vez!- estaba molesta... Y muy dolida

-Yo... No puedo decírtelo, lo siento mucho.- se levantó y se marcho sin mirar atrás, dejándome sola y con un nudo atorado en la garganta

Maldito. Mil veces maldito.

Me enamoré de un vampiroWhere stories live. Discover now