Abrazo 19: No Pienso Soltarlo Ni Dejarlo Ir

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Narra Takato

- Muy bien, muchachos, ya pueden irse. - Dijo el director tras ver su reloj de pulso.

Guardé mi cuaderno, tomé mi mochila y salí del salón en un abrir y cerrar de ojos.

Fue horrible, odio la isomería geométrica de alquinos y eso nos pusieron a hacer hora y media.

Maldita sea.

Pero bueno, de nada me servirá quejarme; además, ¿quién me manda a andar de agravioso con el idiota de Ayagi y con el pobre de Chunta?

- ¿Por qué vas tan rápido, Paisen?

Hablando de idiotas.

- Quedé de verme con alguien. - Respondí sin dejar de caminar.

- ¿Con aquél ángel aterrador? - Preguntó caminando a mi lado.

- No. - Respondí acelerando el paso.

Debería de mandarle un mensaje diciendo que ya voy para su casa.

Tenteé el bolsillo de mi pantalón y mi celular no estaba.

Ah, maldición, no lo recogí de la caja donde el director pone los celulares de los que se quedan en detención.

Me di media vuelta abruptamente, haciendo que Ayagi casi se resbalara al seguirme.

- ¿A dónde vas ahora? - Interrogó siguiéndome de nuevo.

- Qué te importa.

- Qué cruel, Totaka.

Abrí la puerta del salón y me dirigí al escritorio del profesor donde antes estaba la caja de celulares, pero ésta ya no estaba.

Comencé a buscar la caja por los alrededores, pero no la veía.

Entonces oí el sonido de una lata abriéndose.

Me volteé a ver a Ayagi, quien bebía de una lata y tenía un sixpack incompleto en su diestra.

- ¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Quieres? - Preguntó alzando un poco la lata de la cual bebía.

- No, gracias. - Respondí siguiendo con mi búsqueda. - ...¡Aquí está! - Canturreé victorioso al encontrar la caja, pero al ver adentro de ésta, no había nada.

- Paisen, ¿te molesta si le hablo a un amigo desde tu celular?

- ¿¡Eh!?

Giré mi cabeza hacia él, y vi cómo se recargaba en el escritorio, dejaba su lata en éste, para sacar de un bolsillo suyo mi celular.

- ¿Cómo lo-

- Vi que lo dejaste, y pensé en guardarlo para que no se te perdiera. - Interrumpió.

- ... Gracias... - Dije molesto. - ¿Podrías dármelo?

- Claro, pero antes, ¿no te gustaría pasar el resto de la tarde con mi amigo y conmigo? - Propuso con un tono cínico y molesto. - Ya tengo la diversión. - Señaló con la mirada el incompleto sixpack.

- No, lo siento. Ya te dije que tengo planes. - Negué acercándome a él con la intensión de tomar mi celular.

- Oh, bueno. - Se movió del escritorio haciendo que casi me cayera. - Entonces toma un poco por mí, para que te diviertas un poco.

Sacó una lata y la estiró hasta mí.

- No, gracias, no tomo. Ahora, ¿podrías darme mi celular? - Dije ya muy molesto.

Muy Juntos Por SiempreWhere stories live. Discover now