Abrazo 29: ¿Listo Para Mañana?

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Narra Takato

Pasaron dos meses desde el incidente en la Academia, y parecía que conforme los días avanzaban Chunta se volvía cada vez más... ¿extraño?

Todo noviembre no hubo clases, ya que la Academia estuvo lidiando con demandas y haciendo investigaciones sobre lo que pasó.

Luego, cuando avisaron que ya todo estaba en orden y que los alumnos podían regresar, pasaron aun más semanas para que todo volviera a la normalidad.

Y si antes de eso era moelsto que me atosigaran con mi fama, después fue peor.

Todo el mundo me consideraba alguien frágil y que necesitaba tanto cuidado como un bebé, o pensaban que era el culpable de que todo el mundo se sintiera inseguro.

Era bastante desagradable.

Además de que se habían estado esparciendo rumores sobre la relación que Chunta y yo teníamos.

Pero nuestros amigos se encargaron de eliminarlos, así fueran verdad.

Y después de unos cuantos días, las vacaciones de diciembre ya estaban en puerta.

Esas serían las primeras vacaciones que pasaría fuera del país y con pareja, por lo que estaba muy emocionado y feliz.

Pero Chunta... Chunta parecía estar preocupado todo el tiempo.

Si bien se le notaba emocionado por ir con sus abuelos y por que yo fuera con él, siempre que volteaba a verlo tenía una expresión intranquila y triste.

Y aunque él dijera que todo estaba bien, las docenas de paquetes de mentas en los botes de basura y en sus bolsillos decían lo contrario.

En fin. El veintidós de diciembre hicimos maletas y nos dirigimos al aeropuerto.

Y algo curioso pasó. Como en Japón aún éramos menores de edad, no nos dejaban viajar sin la compañía de un adulto; pero al decir que íbamos a España, no hubo ningún problema ya que en ese país ya éramos mayores de edad¹.

Nuestros padres nos despidieron en la línea de abordaje y así, viajamos a España.

En el avión, Chunta me estuvo enseñando algo de español, aunque estoy seguro que en varias ocasiones me estuvo tomando el pelo.

—Muy bien, Takato-san, repite después de mí —pidió —. Te amo, Chunta.

—Te... amo, Chunta.

—Eso es.

—¿Y qué significa eso?

—Significa: Eres tonto, Chunta.

—Ajá, claro —vociferé —. El traductor de Google dice otra cosa. No creas que no investigué un poco por mi cuenta antes de venir.

—Jeje. Tienes razón —dijo, rascándose la nuca —. Entonces probemos con algo más, esta vez no te engañaré.

—Más te vale.

—... Qué tal... Soy propiedad de Chunta. 

—Soi... puropieda... de Chunta.

—No pronuncias tan mal, Takato-san —aseveró con una sonrisa —. Eso quiere decir que somos amigos, dilo por si alguien te pregunta qué relación tienes conmigo.

—De acuerdo —afirmé —. Soi puropiedatsu Chunta... No, no, así no era.

Y así me la pasé repasando las cosas vergonzosas que Chunta me hacía decir sin saber su verdadero significado.

Muy Juntos Por SiempreWhere stories live. Discover now