Especial 1000☆

1.6K 92 124
                                    

Este capítulo va dedicado a todas las hermosas personitas que han estado a lo largo de la creación de esta bonita historia. En menos de un año llegamos a los mil votos, y nada hubiera sido posible sin ustedes. Gracias por todo su apoyo y comprensión. ¡L@s amoooo!♡







Más de quince años en el futuro.
Narra Takato

-Mami, mami. Despierta -una dulce voz me llamaba, sacudiendo mi pierna con suavidad y algo de desesperación.

Abrí los ojos lentamente, encontrándome con una linda carita de brillantes ojos verduzcos y azulados al pie de la cama.

Sin si quiera dudarlo un poco ni haberme despertado por completo, tomé a mi hija y la levanté del piso para acostarla junto a mí en la cama, asfixiándola con un abrazo.

-Ma-mami... no puedo respirar -se quejó, intentando librarse de mis brazos.

-Es lo que ganas por ser tan linda como una muñequita -bufé, apretándola más contra mi pecho y llenando de besos su cabecita con olor a flores.

En eso, se escuchó una puerta abriéndose y unos pasos entrando a la habitación.

-Kazue, te pedí que despertaras a mamá, no que te acostaras con él -rio Chunta, pero tampoco se contuvo, y se lanzó a la cama con nosotros dos, dejando a Kazue en medio.

-Chunta, no dejes a Hiroki solo -le recriminé, pasando mi mano por su mejilla en una caricia.

-No está solo, Amaya lo está cuidando -respondió, riendo y dejando varios besos en la frente de Kazue.

-¿Cómo diablos lo va a cuidar el gato? -chisté, riendo por su comentario.

-Los gatos son muy protectores, Takato-san. Por lo menos no dejan a los niños en la estufa cuando está prendida

-¡Oye! -exclamé indignado -. Estaba intentando cocinar algo para tu cumpleaños... Y ni si quiera lo puse cerca del quemador que estaba utilizando -refunfuñé, haciendo un puchero.

Chunta rio, y luego se bajó de la cama para tomarme a mí en brazos, y a su vez, yo tomé a Kazue.

Salimos del cuarto y bajamos las escaleras hasta el comedor, donde se encontraba Hiroki en su sillita alta y jugando con la fruta picada en forma de corazón que Chunta le había preparado.

Mi esposo me sentó en mi silla, para luego hacer lo mismo con Kazue.

Estaba por levantarme para ir con Hiroki, cuando sentí algo suave contra mi pierna y un ronroneo vino a mis oídos.

Bajé la vista, para encontrarme con mi bola de pelos favorita.

-Hola Amaya, ¿Raaauuul¹ ya te hizo caso? -pregunté, acariciándolo desde su cabeza hasta su cola.

Ante mi acción, Amaya saltó a mi regazo y se acostó dejando ver su pancita para que la acariciara.

-¿Quién es la bola de pelos más linda que existe? ¿Quién es, eh? ¿Quién es? -repetía una y otra vez, mientras que acariciaba su negro y suave pelaje y Amaya ronroneaba a gusto.

-Tratas mejor al gato que a mí... A veces creo que amas más a Amaya que a tu propio esposo -sopesó, mientras que volteaba una rebanada de pan francés en el sartén.

-No me digas que estás celoso de un gato -dije burlesco.

Y como si Amaya hubiera escuchado nuestras palabras, saltó de nuevo al piso y se fue a frotar contra la pierna de Chunta mientras que le ronroneaba.

Muy Juntos Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora