Especial 100☆

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Este capítulo va dedicado a todas las hermosas, sexys, preciosas y bellas personitas que leen esta historia.
Se les ama. (灬º‿º灬)♡

Narra Takato

El cálido y brillante sol de Los Ángeles brillaba a través de la amplia ventana del cuatro del hotel, traspasando la gran y blanca cortina que la cubría. Me estiré en la cama y abrí mis ojos lentamente.

Ayer, tras un viaje de once horas, llegué a Los Ángeles con el propósito de grabar unas escenas para la serie en la que estoy actuando, al igual que para varias sesiones de fotos.
El viaje fue agotador, no mentiré, y la diferencia de horario me tenía algo aturdido. Todo eso lo podía manejar... pero había dos cosas que me estaban sacando de quicio y me quitaban la poca cordura que de por sí tengo:

1.- Aquel pegoste calenturiento que tengo por pareja me había seguido hasta el otro lado del mundo, con la no muy buena excusa de que Jurio-san, el fotógrafo que trabaja por parte de Estudio Nitto y Mitsuya Productions, le había pedido que lo acompañara a Los Ángeles para tomarle algunas fotos.

2.- Desde que Chunta y yo estábamos en el avión... me siento muy raro:

- Takato-san, aparta tu mano... no cierres las piernas, no puedo tocarte... - Dijo pasando su gran mano por debajo de la sábana que estaba sobre mis piernas, mi pantalón y mi boxer, apenas rozando mi miembro, mientras que yo intentaba reprimir mis gemidos para que nadie en el avión nos notara.

- N-No me toques... para ya... pervertido... - Puse mis manos sobre mi boca y cerré mis ojos con fuerza.

- Quiero tocarte... - Comenzó a acariciar mi miembro de arriba a abajo y lamió mi cuello haciendo que un leve gemido se escapara de mis labios.

Por fortuna ya era de noche y la mayoría de los pasajeros ya estaban dormidos, pero algunos otros seguían despiertos y podrían vernos u oírnos.

- Mmmm... Takato-san, estás empezando a mojarte. - Apartó la sábana y desabrochó mi pantalón, luego bajo un poco mi boxer, lo suficiente como para que mi miembro se lograra manipular sin dificultad alguna.

- Para... por favor... Ch-Chuntaah. - Me hizo caso, caso omiso por su puesto y metió todo mi pene en su boca, haciéndome gemir aunque hiciera todo lo posible para evitarlo.
Su lengua se movía en círculos sobre la punta de mi hombría, mientras que sus labios bajaban y subían por todo el resto del falo, apretándolo, haciendo que me retorciera de placer.

Maldición... tan solo con recordar eso... siento una presión muy rara en mi vientre, y estoy así desde ese momento hasta ahora.

Me paré de la cama y me quité mi pijama, para darme cuenta de que no era mi imaginación, en verdad tenía un problema de duras y grandes dimensiones en mi entrepierna.
Intenté hacer algo con eso, pero nada resultó. Así que me resigné, me vestí y salí de la habitación.

- Takato-saaaaan. - Má saludó Chunta abrazándome con uno de sus brazos por la espalda. Pero como es muy alto, su otra mano tocó mi muslo, casi llegando a mi entrepierna, lo cual me hizo soltar un sonoro suspiro. - ¿Eh? ¿Estás bien? - Volteó a verme.

- S-Sí. - Dije bastante sonrojado, apartándome de él.

- Bien... ¡vamos a desayunar! - Dijo jalándome hacia el comedor del hotel.

Me serví del buffet del hotel a mi plato algo de fruta, cereal, huevo con jamón, dos mini hamburguesas y un poco de yogurt... cualquiera pensaría que era mucha comida, pero al ver los dos platos de Chunta repletos de comida me sentí como niño hambreado de África. En verdad él no mentía al decir que podía comer mucho.

Muy Juntos Por SiempreWhere stories live. Discover now