El gremio del dios ladrón.

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Estás de rodillas ante una gran multitud de personas. Lo sabes por el ruido que están haciendo, más no por lo que ves, debido a que tienes algo que obstruye tu visión y no notas más que oscuridad. Te duelen muchos lugares de tu cuerpo, recuerdas los golpes que te dio el consejo mágico hace menos de dos horas, así que poco a poco comienzas a atar cabos. La policía del consejo entró a tu casa, destruyó todos los avances mágicos que llevabas, y además de esto recibiste una paliza. Ahora estás en algún lugar... pero, ¿dónde?

—Ahora, le leeremos los pecados cometidos por este abominable mago aquí presente. —Lo dice una voz que taladra por completo tus oídos, lo último que quieres saber ahora mismo es la razón de tu mala suerte, pero... ¿acaso puedes cambiar este destino?—. Se le acusa de: Practicar magia prohibida, usar humanos y seres mágicos como sujetos de prueba, y el más grave de todos, desafiar al mismo consejo de magia del gran reino de Syxs. El castigo impuesto por haber violado todas estas normas, es la pena de muerte. ¿Cómo será...?

Esperen, ¿desde cuando hice practicas con humanos o seres mágicos? ¿En qué momento desafié al consejo de magia? Esos son los dos pensamientos que pasan por tu mente. Dejas de escuchar a tu verdugo, tu mente busca seguir atando cabos.

Sí, practicaste magia prohibida, la peor de todas las que existen en este mundo. Una que es capaz de desafiar a los dioses, matar inmortales. Algo que te hace las cosas tan simples como matar una hormiga, pero el costo de usarla es demasiado alto, no en términos de energía, porque si hay un gasto en esto, sino en tu alma a futuro. Se dice que puede provocar que tu alma no sufra el castigo que merece al enfrentarse a la muerte, sino que, por otro lado, seas tragado por el olvido y tu existencia simplemente desaparezca... La verdadera muerte, que nadie te recuerde.

Tratas de replicar, pero recibes un golpe en la cara. Caes de lado, golpeas tu cabeza, no lo suficiente para hacerte una herida, pero si genera dolor. Sientes como te abren a la fuerza la boca para meter algo en ella. Tratas de generar sonidos, pero son amortiguados por lo que tienes en ella.

Te sientes traicionado por la misma justicia del reino. No te dejaron alegar una defensa justa; en ningún momento pudiste demostrar las cosas tal como son ante los jueces, ¿esto no es simplemente una cacería? Un pensamiento de justicia comienza a crecer en tu mente, pero al tiempo también uno de venganza. Pocos eran los que sabían dónde vivías, pero nadie de esos sabe que practicabas magia del olvido. Suspiras nuevamente. Necesitas limpiar tu nombre... Sí, no lo podrás hacer al completo, porque uno de los pecados tú lo aceptas, pero el resto... ¡Son completas falacias que buscan ensuciar tu nombre! Escuchas un fuerte ruido, luego gritos. Esta conmoción es la que te saca de tus pensamientos.

Alguien te quita lo qué tapa tus ojos. La luz del sol te ciega unos segundos debido al resplandor que reciben tus ojos de la nada, luego de un par de segundos ves a la persona más hermosa que puedes conocer al frente de ti. Tratas de decir algo, pero él se adelanta y quita lo que llevas en la boca. Era una runa de silencio. Así que eso era lo que me impedía hablar... ¿Venganza? No, quiero justicia.

—Ven, te sacaremos de aquí. —Es una voz melodiosa choca contra tus oídos. Crees que es lo más hermoso que podrás escuchar en tu vida, incluso mejor que la música creada para alabar a los dioses. Rompe las sogas que atan tus manos, extiende la suya para que te levantes.

Notas que hay muertos; hay cuerpos en la multitud. Que la ciudad está en llamas. Las nubes oscuras suben hasta el cielo, pero su sonrisa, aunque está con la cara llena de sangre, te da tranquilidad, una que jamás habías podido encontrar en tu vida; esta te recuerda a un par de cosas. Algunas las cuales te generaron la curiosidad si el olvido afecta a los dioses... Una que te hizo jurar buscar los responsables de que hayas olvidado a la persona que en algún momento fue la más importante para tu vida.

¿Qué decidirás? Esta es aquella segunda oportunidad que no hay que desperdiciar, pero podría traer más consecuencias de las que ya tienes.

Decisión: Tomar su mano.

Descripción: Tomar su mano significa salvarte de la prematura muerte que ibas a tener. Podrás seguir con tu vida de mago y no arrepentirte de ello en la vida

Decisión: Rechazar su mano.

Descripción: Es mejor escapar por tu cuenta que se enteren como usar aquel hechizo prohibido.