El gremio del dios ladrón.

Incapacitar a los policías que están.

Lo notas, no hay forma de salir de esta además de usar magia. En el peor de los casos descubrirán quién eres por tus papeles, en el mejor podrás salir de esta sin sudar y/o preocuparte, pero es mejor ser precavido. Debido a la conmoción, ninguno de los policías lleva un talismán o algo de protección contra la magia, para ti es fácil percibir este tipo de cosas por tantos experimentos que has hecho con ellos. Sonríes, es tu día de suerte. Susurras un par de palabras y nombras a los tres policías que están allí. Cada uno comienza a cerrar los ojos hasta que caen al suelo dormidos.

Esperas unos segundos, todos están conmocionados, pero nadie dice que es médico o algo por el estilo, así que aprovechas para abrir espacio y pasar hasta acercarte a uno de ellos. Susurras una palabra, el abre los ojos luego vuelves a susurrar: Olvídate.

—¡Alguien está usando magia prohibida! —gritas con fuerza para que todos te escuchen—. El chico que iba a culpado hoy es el único capaz de usar este tipo de magia y está cerca de nosotros, todos váyanse de manera rápida.

El caos se incrementa y tu aprovechas para mezclarte con él.

Al rato comienzas a sentir una mirada sobre tu espalda. ¿Qué podrá ser? ¿Algún ser mágico usado con el consejo para seguirme? Pero descartas esa idea en seguida, tu cambio de energía espiritual haría que cualesquiera de estos seres mágicos de rastreo no encontraran el rastro. Y las runas ya hubieran explotado, ¿qué te está siguiendo? ¿Es mejor revisar o seguir de largo?

Decisión: Entrar a un callejón y ver que te está siguiendo.

Descripción: Puede que no sea nada, solo la imaginación de tener terroristas tras tu espalda; pero nunca está demás revisar. 

Decisión: Volver a hacer un cambio de rostro.

Descripción: Puede que no sea nada, solo la imaginación y el miedo.