ミ19

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— Casi 20 años de soledad

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— Casi 20 años de soledad. —murmura el hombre asmático, en un momento específico de su extensa charla— Diablos, viejo.

Si lo piensas, la vida de Richie es (y fue) bastante jodida. Has amado a una sola persona en tu vida durante varios años, siendo esa persona de tu mismo sexo y aceptando la homofobia de tu ciudad natal, manteniéndolo secreto y al momento de expulsarlo ser cruelmente rechazado, que seas la razón por la que el amor de tu vida se haya mudado hacia la otra punta del país, haber sufrido tanto bullying que hasta llegaste a padecer de depresión crónica, al grado de tener que irte también y abandonar a los únicos amigos que te mantuvieron estable emocionalmente durante 5 años, y que al final tus padres, los únicos que te hayan apoyado en ese tiempo que te fuiste, murieran injustamente. Después de eso, siendo más adulto seguir teniendo una vida miserable y solitaria detrás de millones de pantallas televisivas, continuar ocultando tu orientación dentro de un oscuro clóset, y recién entonces darte cuenta de que la religión que mantuviste por tantos años no te sirvió para nada más que reprocharte a ti mismo por ser de tal manera que se considera moralmente incorrecta a los ojos de un ser divino que problablemente ni siquiera exista; ¿a eso alguien podría llamarlo "buena vida", sólo por el mero hecho de volverse famoso?

Richard sólo se atrevió a contar la mitad de su historia, omitiendo algunas cosas como el detalle de que aún está encerrado en un clóset, y todo por culpa del malnacido de Edward que lo había hecho enamorarse en su infancia y, justo cuando creyó que podría cambiar, aparecer de nuevo después de tres malditas décadas para, así, volver a enamorarlo con sólo verlo.

— Sí, hombre. —niega con la cabeza el de gafas, con la mirada puesta en el suelo y una sonrisa que pretendía ser real— Pero es bueno que estés aquí. Tú y los demás me han hecho mucha falta; aún no puedo creer que estés en Derry de nuevo.

Richie cambió su personalidad gruñona, jocosa y extrovertida, a una más controlada y amigable de manera repentina, permitiéndole mayor interacción con Eddie de forma menos incómoda.

Pero en esos 37 minutos que llevaba hablando sobre sí mismo y escuchando los comentarios de su compañero, también había una curiosidad que le pedía saber qué había sido de la vida de Eddie. No había hablado de sí en todo el rato que se encontraron, y eso que hubieron lágrimas en medio de la autobiografía verbal de Richie.

— Y, bien —alarga el pelinegro, sin mostrar excesivo interés—, ya que te he estado dando tanta perífrasis mía innecesaria, me toca a mí. ¿Cómo te trató la vida a ti, Eds?

Ve cómo los ojos del menor le demuestran una sorpresa desconcertante, hasta que se levanta con suma rapidez, haciendo caso omiso a su anterior pregunta.

— Bueno, me cansé de estar sentado durante más de media hora. Vamos, reservemos nuestra habitación.

Richie se atraganta con el propio aire.

— Espera, ¿"nuestra" habitación?

Eddie voltea a verlo, confundido y a la vez agraciado— Pues, sí, imbécil. No me has visto en mucho tiempo, creo que merecemos dormir en el mismo cuarto. Anda, levántate.

gay ; reddieWhere stories live. Discover now