CAPÍTULO DOS

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Stiles debía admitir que desde que vivía en el loft de Derek él se sentía más tranquilo, más relajado... seguro. Peter lo ayudaba a entretenerse con algunos libros sobre seres sobrenaturales que no sabía que existían mientras que Derek se sentaba cerca de ellos. Cuando se despertaba uno de los lobos le acercaba el desayuno en la cama y cuando era hora del almuerzo o la cena, Derek y Peter se internaban en la cocina y hacían juntos la comida.

Justo en ese momento los tres se encontraban en un cómodo silencio, cada uno con un libro en la mano, aunque esa increíble tranquilidad fue interrumpida de manera abrupta por unos violentos golpes en la puerta.

- ¡Derek! ¡Abre! – Los tres se miraron confundidos al escuchar la voz del Alfa verdadero.

Peter fue el primero en ponerse de pie y caminar hasta la puerta del loft.

- ¿Qué te sucede niño? – Peter no quería que ese alfa de pacotilla arruinara el buen humor de su manada.

-Peter, muévete – Scott parecía estar fuera de sí y tanto Malia como Lydia trataban de calmarlo.

-Bueno, no me moveré de aquí hasta que alguien me explique lo que está sucediendo – no iba a dejar que ese salvaje entrara al lugar donde su compañero estaba descansando.

-Lo que sucede es que ¡Quiere saber qué diablos le dijeron a mi madre para que ella no quiera ni verme! – Derek rápidamente se paró junto a su tío al sentir la hostilidad del alfa.

-Será mejor que te tranquilices Scott, no me hagas sacarte de aquí – advirtió Derek mostrando sus ojos azules.

-No me amenaces ¡Yo soy tu alfa! – Scott estaba cada vez más violento y tanto Malia como Lydia comenzaron a sentir miedo.

-No te confundas niño, no eres nuestro alfa, nosotros no somos de tu manada y no vamos a seguirte a ti como perritos falderos – Peter estaba a nada de golpearlo, lo llevaba deseando desde que lo mordió así que él no se quejaría si el idiota del alfa intentara algo en contra de los suyos.

-No me importa, no los necesito, yo puedo solo, soy un alfa verdadero – Peter puso los ojos en blanco al escuchar las estupideces que salían de la boca del "alfa" – Solo quiero ver a Stiles – los Hale se tensaron cuando Scott dejó ver sus ojos rojos.

- ¡Scott! – el grito de Lydia logró que el lobo dejara de gruñir - ¡FUI YO! ¡YO LE DIJE A TU MAMÁ QUE ERES UN IDIOTA! – la banshee jadeó asustada al sentir la mano del alfa alrededor de su garganta.

- ¡NOOO! – Malia tomó a Scott por la espalda para poder alejarlo de su mejor amiga pero su novio logró quitársela de encima sin ningún esfuerzo.

- ¡SCOTT! – el grito de Stiles fue seguido por el ruido de un disparo.

Todos quedaron callados al entender lo que había sucedido. Stiles había salido de la cama y había tomado el arma que usaba para tratar las amenazas sobrenaturales y había disparado al alfa verdadero.

-No vuelvas a tocarla Scott McCall porque si lo haces me aseguraré que el próximo disparo sea entre tus estúpidas cejas y no en tu brazo – Stiles se veía realmente atemorizante parado allí, con su camiseta blanca manchada de sangre luego de que sus heridas se abrieran y con un arma en la mano – ahora ve a que Deaton te ayude porque yo no lo pienso hacer – el alfa quiso hablar pero la mirada desafiante de Stiles le hizo ver que no sería buena idea, así fue como el lobo salió de allí a pesar de las ganas que tenía de pelear con la banshee.

- ¿Estás bien Lyds? – Stiles fue el primero en reaccionar y el primero en acercarse a una herida Lydia.

-Si... Si, eso creo – la pelirroja no podía creer lo que había sucedido, aunque era su culpa, las voces le habían advertido en varias ocasiones que Scott estaba perdiéndose pero ella no lo quiso creer.

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