°•We are Just Friends•°

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-Buenas noches Jen- Dijo el muchacho entregándole a Jennie las flores.

-Hola- Dijo abriendo espacio para que pudiera pasar.

Mino al quedar junto a ella, le dejó un corto beso en los labios.
Jennie se removió incómoda y cerró la puerta detrás de ellos.

-Serviré el vine ¿Está bien?- Dijo el castaño. Jennie asintió, se sentó en el sillón y frotó su cien, ¿Que diablos estaba haciendo Mini en su casa?. Peor aún ¿Por qué lo había dejado ir?

El chico llegó de la cocina con la botella, un par de copas y un saca corchos. Destapó el vino sin problema alguno y sirvió el líquido en ambas copas, para después ofrecerle una a Jennie.

-¿Pondrás las flores en agua? Con este frío se van a marchitar- Dijo tomando las flores que le había traído de la mesa y dándoselas a Jennie en la mano.

La castaña asintió y se dirigió a la cocina, tomó una jarra con agua y colocó ahí las bonitas flores. Al volver a la cocina, Mino se quitaba su abrigo y lo dejaba en el perchero de la entrada, para después acomodarse nuevamente en el sillón.

-Mino... No quiero ser grosera, pero ¿Que haces aquí?- Dijo sentándose lo más alejada posible de el en el sillón.

-Bien... Mira iré al grano... De verdad lamento mucho lo que pasó... Cómo no tienes una idea y quisiera que me dieras otra oportunidad Jen, yo-

-No-

-Jennie, por favor, esto no volverá a ocurrir nunca, yo haré lo que me pidas y- Jennie se acercó a Mino a tal punto de que sus piernas rozaban y tomó su mano.

-Mino, te seré sincera por qué a pesar de todo, tú lo mereces- Comenzó a acariciar el dorso de la mano del muchacho -Yo nunca debí estar contigo, por qué desde el momento uno, mi corazón y mi mente estaban con otra persona. Tu me pediste una oportunidad para enamorarme. Te ganaste mi cariño, claro que sí, tal vez hasta te ganaste mi amor, pero no de la manera en que tú quieres, y así como yo no merezco a alguien que me agreda verbal y físicamente, tu no mereces a alguien que no te ame y nisiquiera pueda tener sexo contigo- Jennie miraba a Mini a la cara. Veía sus ojitos cristalizados y sus puños apretados, estaba dolido.

-Es ella ¿Verdad? Es Manoban- Dijo quitando bruscamente las lágrimas de sus ojos. Jennie asintió, él merecía la verdad.

-Lo siento mucho Mino, de verdad- Jennie tomó ambas mejillas del muchacho entre sus manos y puso sus labios sobre los de él. Esos labios que ahora no le producían nada, y tal vez nunca lo hicieron, pero ella tenía la esperanza de que lo hicieran alguna vez, y así estar segura de que Lisa había salido de su corazón, ahora sabía que eso no iba a ser posible, por qué por más idiota que la pelirroja había sido y seguía siendo, era como un tatuaje en su corazón, imposible de arrancar.

Mino la besó. La besó como nunca. Se estaba despidiendo de ella, por qué a pesar de todo, el la amaba con toda el alma, se había vuelto parte fundamental de su vida, ya no se imaginaba un futuro sin ella.

-Te amo Jen- Dijo llorando en su hombro -Te amo mucho- Jennie comenzó a llorar. Mino no era la mejor persona, pero hasta el último segundo intentó recuperarla, sabía que le importaba, y él no se negaba a recordarle siempre que la amaba, lo decía con esas mismas palabras o aveces ese amor era negativamente representado por sus celos enfermizos, pero siempre se lo recordaba. No la hacía sentir insuficiente, por no tener un lindo cabello rubio o rojizo, grandes senos o un buen trasero, él la hacía sentir bien por lo que es.

-Sé que suena egoísta... Y mucho... Pero ¿Crees que podamos seguir siendo amigos?- Dijo Jennie mirándolo a los ojos.

-Claro que sí morenita- Dijo dándole un beso en la nariz. -Será mejor que me vaya- Dijo levantándose del sillón.

-Ten cuidado, es tarde- Dijo levantándose también, pero las copas que se había tomado antes de que llegara Mino, le cobraron factura

-Vale, quédate ahí- Dijo volviendo a sentarla. -Nos vemos Jen-  Dijo dándole un beso en la mejilla y saliendo del departamento.

V●ᴥ●V▼・ᴥ・▼V●ᴥ●V

Había pasado ya una semana desde la noche que había pasado con Mino en su departamento.

A decir verdad se había alejado un poco de todo lo relacionado a las Manoban a excepción de la pequeña Lia.

La niña no era muy habladora, pero sin lugar a dudas tenía una inigualable conexión con Jennie, que la hacía deshinibirse del todo y podía contarle sus anécdotas en casa y con sus amigos como cualquier niña pequeña.

En una ocasión, Lia le contó que su mami siempre estaba triste y que aveces la encontraba llorando por las noches. A Jennie se le estrujaba el corazón de imaginar a Lisa sola hecha bolita en su cama, limpiando sus propias lágrimas como ella lo había tenido que hacer por mucho tiempo, pero por más que quisiera correr a abrazarla en ese momento, tenía que tener respeto por sí misma.

Lia le había contado también que para que su mami ya no se pusiera triste, le hacía lindos dibujos y se los dejaba en su bolso que se llevaba a trabajar.

Cómo ya había sido mencionado, Lia era una niña diferente a las demás, además de ser introvertida y tener dificultades para hacer cosas que a los otros niños les resultaba fácil, Lia tenía una habilidad innegable con el arte. La niña dibujaba como si fuese mayor, utilizando colores y combinaciones que jamás se le hubiese ocurrido a muchas personas, sus trazos eran impecables y su imaginación era infinita, y en definitiva era algo que la psicóloga escolar había notado en la pequeña, ella expresaba sus sentimientos e ideas por medio del papel, trazos y colores.

En esos días Jennie había mantenido únicamente contacto con su mejor amigo Tae, su hermana Dahyun e Irene, con quién había quedado de tomar algo más tarde.

Minnie se había pasado la semana llamándola por teléfono, y no es que no quisiese contestarle, pero sinceramente no sé sentía lista.

Al salir del jardín de niños, se dirigió a la universidad, en dónde ya se había esparcido el rumor de que su relación con Mino había acabado.

Al llegar hubo un muchacho que le había regalado una rosa y en su escritorio había encontrado unos chocolates.

El pasar tiempo con sus alumnos la hacía salir un poco de la realidad y sentirse feliz.

Al acabar su primera clase, tuvo su hora de descanso. Se dirigió al salón de maestros en dónde se encontró con Mino, que la saludaba con una sonrisas.

-Hola, bonita- Dijo el muchacho dejando un beso en su mejilla. Era increíble como a pesar de lo pasado, habían podido continuar con su amistad.

-Hola- Dijo sonriente. Ambos pasaron el rato hablando acerca de la universidad, alumnos y clases, hasta que el gesto de Mino cambió a uno un poco más serio.

-Jen, quería hablarte de algo- Dijo mientras Jennie asentía. -En unos días tengo una cena de negocios... Ya sabes, voy en representación de mi padre y de la empresa de la familia- Dijo moviendo las manos algo nervioso -Ahí estarán mis hermanos y gente importante, y yo no le he dicho a mis padres que hemos terminado, y tú sabes cómo son mis hermanos-

-Al grano Mino- Dijo Jennie algo exasperada

-¿Me acompañarías?-

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No saben lo agradecida que estoy

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»Still Love Me?« »JENLISA« »G!P«Where stories live. Discover now