❝Estamos del otro lado, la pantalla somos nosotros y nosotros somos la televisión. Reza por las astillas, reza por tu miedo, reza por tu vida que fue solo un sueño... Reza porque el hombre que amaste es el monstruo al que le temes❞
═.✵.══════════ Tonight, I'm gonna have myself a real good time I feel alive and the world I'll turn it inside out, yeah And floating around in ecstasy So don't stop me now don't stop me 'Cause I'm having a good time, having a good time ══════════.✵.═
➳don't stop me now - queen
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London, 1975
Los muchachos comenzaban su primera gira en solitario hoy luego de tanto tiempo siendo simples taloneros, y aunque les hayan recomendado descansar ninguno de los cinco había podido pegar un ojo. Se sentían ansiosos, en especial Roger. Sus amigos lo habían escuchado toda la noche decir lo asustado que estaba de quedarse dormido y que nadie lo despertara para tomar el primer vuelo a Estados Unidos aún cuando sus compañeros le dejaban totalmente en claro lo imposible que era hacer un show si alguno de ellos faltaba en él.
Aida llegó esa tarde a la casa de sus nuevos amigos sin Chloe, debido a que ella debía resolver un asunto importantísimo. "no puedo distraer a mi mente del objetivo de hoy es un asunto importante ¡no! es importantísimo" le había dicho su amiga histérica moviéndose de un lado a otro hace un par de minutos.
—¿En serio no vendrás con nosotros? —volvió a preguntar Freddie, tomandola de las manos. Un brillo de esperanza brotó en sus ojos esperando que ella hablara.
—Me encantaría, pero no puedo —le habló con dulzura Aida para no decepcionarlo, pero el sentimiento no tardó en manifestarse en el expresivo rostro del morocho—. Prometo ir a verlos en cuánto me acomode con mis empleos.
—¡Déjalos! —gritó Freddie como quien encuentra la solución a todos los problemas— ¡Deja esos malditos trabajos! ¡Seremos tan ricos que te pagaré todo lo que quieras! ¡Te compraré una mansión sólo para ti solita!
—Ella te ha dicho que no, Fred, déjalo ya —la voz ronca y aspera de Roger hizo su entrada a la cocina.
—Roggie, cariño no te mal humores hoy —regañó Freddie con sus manos posadas en su cintura, con postura de madre enfadada.
Roger río cortamente y golpeó suavemente el hombro de Freddie: —Bueno, mamá Mercury —bromeó y desvío su vista hacía Aida regalandole una sonrisa por primera vez desde que la había conocido—. Y tú no dejes que alguien insista luego de que hayas dicho que no, aplicalo en todas las situaciones.
