❝Estamos del otro lado, la pantalla somos nosotros y nosotros somos la televisión. Reza por las astillas, reza por tu miedo, reza por tu vida que fue solo un sueño... Reza porque el hombre que amaste es el monstruo al que le temes❞
═.✵.══════════ And your death will come soon I'll follow your casket On a pale afternoon And I'll watch while you're lowered Down to your deathbed I'll stand over your grave Till I'm sure that you're dead ══════════.✵.═
➳masters of war - roger taylor
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Italy, April 1976
—Nos van a echar del hotel —se preocupó Brian.
En la habitación que ocupaba Roger se encontraba Babilonia, maniatada, amordazada y chillando como el infierno.
Ninguno había estado de acuerdo con tenerla de aquella manera, pero la mujer tenía garras para matarlos uno por uno.
—Es mejor prevenir que lamentar, mis amores —había dicho Freddie luego de convencerlos.
Estaban sentados en la cocina, esperando que Roger pudiera calmarla, o amenazarla, lo que saliera bien primero.
—¡Que ya te he dicho maldito hijo de la gran puta que no voy ayudarte! —se escuchó a Babilonia gritar.
De repente el griterío se convirtió en un golpe seco, dejando en completo silencio la habitación y desde la cocina sólo se escuchaban respirar entre ellos.
Aida salió disparada a la habitación, con el corazón en la boca y un horrible presentimiento.
Entrando a la habitación se encontró con la silla de madera patas arriba, sin Babilonia sujeta a ella y a Roger encima de su cuerpo, tomándola de las muñecas.
El corazón le dio un horrible vuelco.
—Dame lo que quiero y te daré la maldita llave —le dijo Babilonia a Roger—. Y quizás después pueda ayudarte con tu papi.
—Ni lo sueñes —respondió seco él.
—Vas a follarme tarde o temprano de todas maneras, cariño —aseguró Babilonia, besando cortamente los labios de Roger en un descuido.
Él se levantó del suelo, sin apartar su vista de la mujer, controlando cada uno de sus movimientos, desde su provisoria distancia.
—Rog ¿Qué sucede? —Aida capturó su atención.
El rubio la vio parada bajo el umbral de la puerta, cruzada de brazos y con la mirada más dura que le había visto en los ojos nunca antes.
