❝Estamos del otro lado, la pantalla somos nosotros y nosotros somos la televisión. Reza por las astillas, reza por tu miedo, reza por tu vida que fue solo un sueño... Reza porque el hombre que amaste es el monstruo al que le temes❞
═.✵.══════════ Stole many a man's soul to waste I was 'round when Jesus Christ Had his moment of doubt and pain ══════════.✵.═
➳sympathy for the devil - the rolling stones
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London, January 1976
Las inquietantes pisadas de Roger retumbaban en la vacía casa, haciendo eco de un lado a otro.
—Cancelaré la fiesta de inauguración —dijo, despeinado su cabello, seguidamente se sentó sobre una pila de cajas.
Aida lo había observado en silencio ir y venir de un extremo al otro, desesperado y confundido, lleno de miedo e incertidumbre. Ésta era la onceava vez que se despeinaba la melena rubia.
—No viviré aquí.
—¿Por qué no te quedas unos días y ves qué sucede?
Los ojos azul cielo del joven de veintiséis años volaron controvercibles en dirección a la menor, como un niño siendo regañado por algo que no hizo.
—Acabo de enterarme que la anciana que vi hace unas semanas esta muerta hace años y ¡vivía en mi casa!
—Ya sé —se sentó junto a él—, pero eso no asegura que la casa esté embrujada o algo así.
—No podré dormir tranquilo —confesó.
Ciertamente él era un simple mortal asustadizo hacía lo que desconocía.
—Puedo quedarme a dormir contigo ésta noche.
Él giró su cabeza para tenerla frente a frente.
—Sólo si tu quieres —río nerviosa, rascándose la frente.
—Claro que quiero.
Sujetó dulcemente del mentón de la joven y la besó en los labios, danzando de arriba abajo. Fue corto y suave, pero les quemó la piel ardorosamente.
—Tendremos que ir por mi vieja blusa de John.
—Al demonio la blusa de John, duerme con una mía —objetó, haciendo con su brazo el ademán de tirar metafóricamente la blusa de John a la basura y sonriendo con los labios sellados al final, costumbre que tenía cada vez que hacía un chiste intencionado.
