33; the battle of evermore

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We're killin' strangers,
so we don't kill the ones that we love

Love, love

We pack demolition
We can't pack emotion
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killing strangers - marilyn manson

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London, March 1976

Su cuerpo era roído por la ansiedad mientras conducía a una velocidad poco prudente por la carretera junto al impenetrable bosque, sintiendo cada milla menos un paso más cerca al destino de la verdad que había estado buscando estos meses atrás.

El pecho se le colmaba de impaciencia por lo cual intento aplacarla con la música del estéreo, sintonizando la misma radio en la cual la había dejado la última vez.

La reconocida balada de Aerosmith titulada "you seen me cry" resonaba por las bocinas, y como de costumbre Roger siguió el ritmo de la batería golpeando con sus dedos el volante que sujetaba.

Parecía no llegar a la dirección jamás. Por un momento pensó que se había desviado del camino, hasta que vio la cabaña a un costado de la carretera.

Estacionó el auto, respiró una gran bocanada de aire y echó la cabeza hacia atrás. Honestamente no sabía lo que vendría al momento de bajar del vehículo y sus manos sudaban nerviosismo.

Cuando estuvo lo suficientemente listo para enfrentarse a su propia autenticidad ocurrió lo que menos se esperaba.

Dos manos negras, con largas pezuñas salieron detrás del asiento para clavarse en sus hombros, pegándolo al tapiz. De reojo pudo ver a duras penas aquellos ojos amarillentos brillar en la oscuridad de la noche, bajo la atenuante luz de la luna.

Una voz rasposa sobre otra áspera le pronunciaron en el oído las siguientes palabras, dejándolo helado:

—Nuestra rebelión ha comenzado, hijo mío.

No pasaron ni dos segundos desde que aquella voz espectral respiró ese caliente aliento sobre su oído que pudo moverse por completo y voltear la cabeza hacia el asiento trasero del coche, buscándolo. Pero al igual que con Dominique: no tuvo la suerte de encontrarlo.

Finalmente bajó del auto, escondiendo sus manos en los bolsillos de su campera de cuero viejo. El aire frío y húmedo londinense desde el otro lado de la ciudad se sentía incrustar en su piel.

𝕸𝖔𝖓𝖘𝖙𝖊𝖗 🥀 Roger Taylor Onde histórias criam vida. Descubra agora