EN OTRO MUNDO DIFERENTE

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NARRA JACK

Luego de recoger los platos los lavamos y recogimos toda la ropa de la sala, después fuimos acomodando en enormes pilas para llevarlas a los cuartos. Elsa ya había hecho bastante así que cuando terminamos de dobla la ropa le di la suya para que se fuera a cambiar, esta consistía en un jean y una camisa blanca con unas zapatillas deportivas de color blanco. Ella miro la ropa y fue a cambiarse a mi habitación, yo recogí cada uno de los montones de ropa y los lleve con sus dueños correspondientes. Vi cosas sorprendentes.

Primero me dirigí a la recamara de Kriss, toque la puerta y Ana me abrió con un sonrisa en su rostro lleno de pecas.

- Hola, Jack ¿verdad?- me saludo.

- Si, vengo a dejarle sus montones de ropa a Kriss- respondí aun medio confundido. En ese momento mi amigo apareció al costado de la hermana de Elsa.

- Hey, ¿Qué sucede?- dijo con una sonrisa para luego colocar su brazo sobre los hombros de la peli castaña.

- Solo vengo a dejar tu ropa, Elsa se tomó las molestias de lavarla- fue lo único que dije, era impresionante. Hace menos de una hora hicimos un reto con el objetivo de que las trataran bien, no importa si lo hacían fingidamente. Pero ahora Kriss y Ana se estaban llevando de maravilla, como si se conocieran de toda la vida. Aunque hay que admitir que yo y Elsa nos llevamos mucho mejor, el caso es que los actos de mi amigo eran sinceros, no actuados. Kriss cogió su ropa, seguido la coloco sobre su cama mientras que la hermana de Elsa se despedía y cerraba la puerta.

Acto seguido volví a bajar por la ropa de Flin, la recogí y la lleve a su habitación, igualmente toque la puerta y en este caso me abrió él.

- Hola, Jack. ¿Qué sucede?-dijo apoyándose sobre el marco de la puerta.

- Vengo a dejar tu ropa, y esta si está limpia- lo dije en broma, luego sonreí al igual que mi amigo. Él cogió la ropa, la cual era una gran cantidad, más que la de los demás. Intente ayudarlo pero antes de que pudiera coger un poco de ropa el cayó de espaldas al suelo, luego la puerta se abrió más y vi a Rapunzel que se reía a su costado.

- Jajaja, déjame ayudarte- dijo Punzi para luego agacharse y empezar a recoger la ropa junto con Eugene y a reírse juntos. El mundo está de cabeza, estoy seguro. Hace un rato Flin se veía con cara de pocos amigos con la prima de Elsa y en este mismo momento se estaban riendo frente a mis ojos.

- Está bien, Jack. Puedes irte, nosotros nos ocupamos de esto- con estas palabras dichas por mi amigo me retire cerrando la puerta.

Luego volví a bajar las escaleras de porquería, es que no se ustedes pero estar subiendo y bajando cansa, eso me hace pensar que me falta hacer ejercicio. El caso es que tome la ropa de Hipo y subí nuevamente para dirigirme a su habitación, toque la puerta y esta vez escuche una voz que decía "pase". Entre y vi a la pelirroja tirada en la cama de amigo con un trapito en su frente y mi amigo agarrándole la mano, quede congelado. En cambo mi amigo me vio y no se inmuto.

- Gracia, Jack. Déjalo en la silla, la que está a lado del armario. Dale las gracias a tu noviecita de mi parte- dijo Hipo, deje la ropa donde me había indicado y me fui sin decir una palabra.

Ahora ya entiendo porque dicen que el mundo puede cambiar de un momento a otro. Mis tres amigos ya no estaban con su comportamiento machista, en cambio se la estaban pasando bien con sus nuevas amigas, era increíble.

En fin volví a bajar por cuarta vez y ultima, gracias a Dios, y subí mi ropa a mi habitación. Al entrar encontré a Elsa en el computador y un montón de hojas a su costado, en las hojas había un montón de numeritos que no entendí, ni quise entender.

Cuando cerré la puerta y deje la ropa tirada en mi cama ella voltio a mirarme, al parecer vio mi cara de desconcierto.

- ¿Qué onda? ¿viste un fantasma o qué?- dijo con un tonito de broma para sacarme una sonrisa.

- No, solo vi a mis amigos llevarse muy bien con tu hermana, tu prima y tu amiguita. Tanto así que hasta se abrazaban- empecé a doblar la ropa- y te mandan las gracia por tomarte las molestias de lavar la ropa- lo dije tan naturalmente que Elsa también se llenó de desconcierto.

- ¿Qué?- dijo mientras razonaba, luego sonrió- ya vez, te dije que la gente puede cambiar.- me miro con esa mirada de orgullo, sonreí. A ella le encanta tener la razón.

- Tienes razón, no me sorprendería que se volvieran enamorados pronto- sonreí maliciosamente y ella me miro feo.

- Hey, no bromees con eso, peliplatiado- dijo para luego hacer un puchero.

- Como digas, mi reina-

SECUESTRADASWhere stories live. Discover now