SECUESTRADAS

LOCO POR TI

Ya en la noche bajamos todos listos para la reunión, les compartí a mis amigos la ubicación y luego salimos.

Elsa se veía fantástica, llevaba un vestido pegado al cuerpo de color celeste, no era ni muy largo ni muy corto. Era exacto para su cuerpo perfecto. Ya llegando ella dio una generosa donación, también si se maneja alrededor de 5 millones o más quien no donaría para una buena causa.

Fue pasando la noche, sonaron principalmente baladas, las de siempre. Las que dicen cuanto ama a el amor de su vida y porque debería estar con ella. Son un poco molestas.

Ya alrededor de la media noche yo y Elsa estábamos en el balcón que daba hacia un bosque, el cielo estaba iluminado por una hermosa luna llena y un millón de estrellas. Estábamos solo nosotros dos y todo hubiera sido perfecto si no hubiera aparecido un chico que se le quedo mirando. Me ardía la sangre, quería ir a donde ese sujeto y tirarle un puñete.

- ¿Qué sucede?- pregunto mi hermosa dama al ver mi mirada de odio.

- Nada, solo que la gente, en especial los hombres, te miran mucho-

- Jajaja, ¿Esta celoso?, señor Frost- dijo con un tono burlón.

- Claro que no- respondí, ella se acercó a mí y yo a ella. En ese momento vimos que en la parte baja estaban nuestros amigos con sus chicas robándoles uno que otro beso.

- ¿Qué te parece?- dijo- solo faltamos nosotros- era el momento.

La cogí por la cintura, la apegue a mí y saboree esos hermosos labios. Para mi sorpresa ella no se enojó al momento de separarnos, más bien me jalo del terno y volvió a pegar nuestras bocas. Era increíble, durante todos estos años nos habíamos deseado el uno al otro y nunca nos lo dijimos. Pero en ese momento lo demostrábamos comiéndonos las bocas el uno al otro, todo bajo el brillo del hermoso cielo nocturno.

- Éramos los únicos que faltábamos- dije. Ella solo rio y volvió a jalarme para volver a sentir los labios del otro en nuestra danza del amor.