Capítulo 3

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Gary escuchaba voces lejanas.
Volvía de un desmayo involuntario, provocado por la bala de sedante intradérmico. Paralizaba de una forma tal que el dormido parecía muerto.
La luz le dificultaba la vista, no percibía más que siluetas de personas que lo rodeaban. La cabeza le daba mil vueltas, seguía algo aturdido. Distinguió una figura masculina que se acercó a él, pero no su rostro.

—Es él —dijo con voz ronca. Sintió una fría caricia en la mejilla—. ¿Qué pasó con su hermano?

—Huyó hacia Finlandia —informó otro—. ¿Alguna orden en especial?

—Envíen una imagen de este pequeño —notó que le estiraba algo a su compañero—. Quiero que lo encuentren y... que me avisen de inmediato si encuentran lo otro que les pedí.

—Dos fueron divisados en los límites de Noruega; uno de ellos logró escapar.

—¿Qué hay del...?

—Perdimos su localización en Finlandia también.

—Búsqueda nivel cinco, prioridad máxima.

—Así será, señor.

—Estabilicen a éste. Lo quiero lúcido en la sala, ¿fui claro? Bien. —Se alejó.

¿Buscarían a Gray? ¿Para qué?
Giró la cabeza hacia un costado, vio a Falen recostado en una camilla, boca arriba. Parecía dormido, eso creyó hasta que lo cubrieron por completo con una tela blanca.

Pronto recordó que había visto cómo le volaban la cabeza.

—Niño —llamó una mujer de bata blanca—. ¿Cómo te llamas?

—Soy... soy Gary... —balbuceó.

—Muy bien —anotó aquello en una pantalla hologramada—. Vamos a hacerte algunos análisis para descartar cualquier anomalía ¿bien?

—¿«Anoma» qué?

—Anomalía —repitió con una enorme sonrisa—. Defectos. Alguna enfermedad o virus que incubes y no lo sepamos.

Asintió suave con la cabeza.
Examinó su entorno al sentarse, había computadoras, pantallas de vidrio y hologramadas. Hombres de blanco se paseaban con jeringas, muestras y tubos de ensayo. Sonrió nervioso ante la escena.
El ambiente al que había sido trasladado no le agradaba en lo más mínimo, le provocaba escalofríos, mala espina. Tal vez indagando podría saber dónde estaba y cómo salir.

—¿Qué son esos? —preguntó curioso señalando tubitos delgados con líquidos rojizos pardos.

—Muestras de sangre —respondió ella pinchándole el brazo y sacando sangre en una pistola pequeña—. Y aquí va la tuya —quitó el tubito y lo colocó con los demás—. Listo. Irás a zona aparte hasta obtener los resultados.

—¿Qué es este lugar?

—El Criadero —Gary clavó sus ojos castaños y borró la sonrisa inocente al escuchar tal nombre. Tragó saliva—. Estás en el Área de Investigación y Desarrollo. Aquí realizamos todo tipo de pruebas, análisis y estudios médicos para mejorar sus vidas —explicó revolviéndole el cabello—. Lo importante, es que estás a salvo de cualquier mal. Ya nada ni nadie puede hacerte daño.

—¿No es aquí donde hacen a los Nhereos?

—Así es...

—¿Y yo seré uno?

La mujer quedó viéndolo, sin respuesta para su pregunta. El niño sonrió pícaro. Ella sonrió apenas, confundida por la pregunta.

—No lo sé. Supongo que sí, siempre y cuando cumplas con ciertos puntos.

NHEREOS: Nacer para Sobrevivir © [NHEREOS #1] [✔]Where stories live. Discover now