Capítulo 22

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—¿Qué es esto mamá? —preguntó Gary tomando una fotografía de entre el papelerío sobre la mesa del comedor. Elizabeth giró a ver y la examinó—. ¿Quiénes son ellos?

En la fotografía, aparecía ella de pequeña junto a sus padres y hermano. Lucían muy elegantes vestidos, ella sonreía ampliamente en brazos de su padre.

—Ellos eran mi familia —suspiró melancólica—. Esto, se llama fotografía. Hacía que cada momento fuera eterno la gente se tomaba una siempre con quienes estuvieran... Esta fue para el aniversario de bodas de mamá y papá.

—¿Y quién es él? —Señaló al muchacho al lado de la mujer.

—Él... era mi hermano mayor, se llamaba John.

—¿Qué les pasó? —preguntó Gray al lado de su gemelo—. ¿Qué le pasó a tu hermano? ¿También lo mataron los Nhereos?

Elizabeth se mostró nerviosa. Guardó la imagen impresa en el bolsillo trasero de su pantalón corto de jean oscuro y gastado.

—Murieron en una explosión —sollozó juntando los papeles y metiéndolos en una caja con clave digital—. Mi hermano murió de un disparo en la cabeza. Se suicidó.

La cabeza de Gray rondaba entre los muchos recuerdos de su niñez cuando regresaron al asentamiento de los Páramos

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La cabeza de Gray rondaba entre los muchos recuerdos de su niñez cuando regresaron al asentamiento de los Páramos. Se habían tomado la molestia horas antes, junto a los parámicos y su hermano, de enterrar a sus compañeros de escondite. Dieron cristiana sepultura a los gemelos Nefi e intentaron conciliar el sueño. Pero no lo lograron.

De hecho la muerte de los gemelos Coleman, a Garrett le trajo la fresca memoria de cuando perdió a su entrenador, su padre de alquiler y no pudo evitar llorarlo en silencio, sentado contra el muro. Escondido tras el campo refractor. Gray entonces, en su soledad, se puso a pensar en muchas cosas a fin de no deprimirse.

Y su cabeza lo distrajo con esas memorias.

Llegó a comprender porqué a Elizabeth Dunn le costaba tanto trabajo hablar de su familia, de la que ellos jamás formarían parte por ser antinaturales. Se preguntaba si habían sido concebidos en su totalidad por materiales artificiales o tendrían al menos algo humano. Veía ir y venir al grupo de noruegos entre los suyos, no entendía una sola palabra de lo que hablaban. Fauna reía con ellos al conversarles y servía de traductor a su gemela.

Trataba inútilmente de recordar la fisonomía del rostro de John Hiringger, pero no podía, porque en el momento que quiso ver a la familia, Elizabeth había guardado la fotografía.
Desvió los ojos hacia Gary, el único que probablemente lo conocía. Lucía deshecho, atrapado en la tristeza todavía latente. Gray suspiró.

Fiora se acercó al joven con cierta preocupación brillándole en el rostro. Tomó lugar a su lado y lo abrazó por la cintura.

—¿Cómo te sientes, amor? —susurró besándolo.

NHEREOS: Nacer para Sobrevivir © [NHEREOS #1] [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora