Capítulo 23

13 3 0
                                    

John Hiringger asomó por los ventanales de la torre central en el Criadero. Espiaba a las personas que llegaban junto a los Nhereos, rogando porque soltaran a sus hijos e hijas que eran llevados lejos de sus padres. A las futuras madres también las separaron del grupo. Un hombre intentó impedir que se llevaran a su hija pequeña —que supuso, no tenía más de cuatro años— y recibió un tiro en la frente. La niña lloraba desesperada tratando de soltarse.

—¿Señor? —llamó Yörg parándose a su lado. Lo miró—. Los líderes dieron señal. El último grupo de cacería mandó informe: el único lugar sin invadir fue Estonia y el oeste de Rusia, en los límites con China y Moldavia.

—Da igual —sonrió—. Caerán cuando tenga a ese par del demonio, suplicarán porque les perdone la vida. Puedes retirarte, te veo en un rato.

En el interior de donde se encontraba —la sala de conferencias—, aguardaba una mesa extensa de puro cristal reforzado, los ventanales servían a modo de pared. John tecleó en la mesa y los cristales oscurecieron.
Acercó un sillón giratorio de escritorio mientras en una gran imagen dividida en nueve cuadrados aparecían los rostros de los líderes de las otras sedes del Criadero.
Cuatro mujeres y cinco hombres llevaban el mando en los distintos sectores del mundo. Hiringger esbozó una gran sonrisa al verlos.

—Buenas noches, socios —saludó—. Espero no haber interrumpido nada importante.

Buenas noches —saludaron al unísono.

¿Qué nos ha traído esta vez, señor Hiringger? —preguntó uno de ellos, de apariencia militar.

—Tengo un arma de destrucción y reconstrucción masiva —soltó—. Un arma que nos asegurará un futuro sano, perfecto y libre de rebeldes que inicien guerras sin sentido.

¿Qué es?

—Genenanos fusionables —abrió una imagen holográfica de dos cadenas de ADN—. Lo último en armamento genético biológico. Mis dos pequeños son piezas de un rompecabezas, que unidos nos dan la inmortalidad —suspiró uniendo ambos—. He modificado el material genético de un espermatozoide propio... lo cargué con nanogenes totalmente artificiales y dio como resultado exitoso, dos embriones perfectos.

Lo siento, no entiendo —dijo Hoolan.

—Son Genenanos de Memoria Bio-Necrótica o como me gusta llamarlo Sincronizacion Par —explicó—. Mientras uno se mantiene sano y el otro medio muerto, el gen del sano puede compartir su información y alterar la cadena. Lo que uno sabe, el otro también —rió paseándose por la sala—. ¿Eres malo en matemáticas? Tu copia puede cederte sus aprendizajes y jamás volverás a tener problemas. ¿Sufres chagas, SIDA, ébola? Tu copia te dará la información sana y vivirás feliz por siempre.

¿Es todo?

—Deje que termine —pidió—. No, no sólo los creé para eso. Los creé para hacernos inmortales, invencibles, indestructibles y supremos. —Las imágenes se fusionaron y apareció un hombre—. El gen de uno registra que se mantiene con vida y el del otro registrará su muerte. Ambos genes se fusionan en el vivo... la información de uno y otro quedan unidos. El gen del vivo es sacado, se replicaría en futuros nacimientos y modificariamos los ya existentes en criogenización. La perfección y obediencia, justo en la palma de nuestra mano.

Los líderes veían a John con mezcla de asombro, confusión y miedo. La locura jamás pensada, hecha realidad. Parecían estar pensando muy bien qué responderían a semejante presentación y motivo de captura de humanos.

Seremos muy sinceros contigo, John —intervino otra mujer de cabello blanco, recogido en un rodete y rasgos orientales—. Hemos estado analizando tus acciones en este último tiempo: creemos que estas rompiendo límites, reglas sagradas de nuestros antepasados y de ética humana.

NHEREOS: Nacer para Sobrevivir © [NHEREOS #1] [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora