Capítulo 6: Los Wolfhard tienen conflictos internos

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Apenas iba una semana de clases, y los Grazer ya habían logrado que cada Wolfhard entre en conflictos mentales consigo mismo. Justo como en ese preciso momento.

Boris veía hablar a Freddy con Asher muy amigablemente en el comedor del internado, y sintió que la comida que estaba ingiriendo se revolvía con la intención de salir de su estómago por el mismo lugar por donde había entrado.

Lanzó un trozo de papa frita nuevamente al plato y deslizó la bandeja hacia delante. De pronto la comida había cogido un mal sabor.

-Ya no tengo hambre.- Su hermano Finn lo miró extrañado, pero prefirió no comentar nada, y siguió comiendo.

El próximo en perder mágicamente el apetito fue Mike, cuando a lo lejos vió como Alex se acercaba a la mesa de Freddy y Asher en compañía de Eleanor, quien no se molestaba en disimular sus intenciones de permanecer cerca de Alex, ni siquiera por vergüenza. Bebió de su jugo y rápidamente lo dejó en la mesa al sentir el líquido querer regresarse.

-¿Tampoco tienes hambre?- Preguntó Finn aún más extrañado por la actitud de sus hermanos. Su hermano Mike asintió y apoyó la frente en la mesa, con los brazos alrededor de su estómago. Minutos después, quiso golpearse por hablar muy rápido.

Jack entró en el comedor bajo la atenta mirada de los demás estudiantes que se encontraban disfrutando del fin de semana. Buscó con la mirada y cuando pareció encontrar lo que buscaba, continuó caminando hasta la mesa de sus hermanos. Asher lo miraba atento y cuando estuvo cerca, le sonrió ampliamente y le hizo espacio para que se sentara a su lado.

Un extraño dolor fantasma se acentó en su abdomen, y de igual forma, alejó la bandeja de comida de él.

-Creo que la comida tiene algo malo.- Susurró y se limitó a tomar agua, esta igualmente le molestó al bajar por su garganta, pero de todos modos se obligó a tragarla.

-¿Malo de qué? Para mí está buena.- Habló Richie con la boca medio llena y miró extrañado a sus copias exactas. Al instante lo entendió. La extraña amistad que había forjado Eddie con Henry Bowers, aquel chico problemático del instituto que con pocos había llegado a empatizar y que uno de ellos era Eddie, le hizo atragantarse y devolver el jugo nuevamente al vaso. -Yo creo que es el jugo. Sabe a orina.- Se quejó mientras limpiaba su boca con una servilleta y admiraba la escena.

Henry acompañaba al pequeño Eddie hasta casi la mitad del comedor, cuando Grazer comenzó a acercarse a la mesa de sus hermanos, se despidió del asmático y desvió su camino hacia la otra salida del lugar, perdiéndose en el camino contiguo.

Para ese momento, los cuatrillizos Grazer ya estaban completos y conversaban animadamente entre ellos y sus acompañantes. Para ese momento, los Wolfhard tenían batallas internas para dejar de ver aquella mesa y trataron de distraerse, antes de cometer la locura de acercarse.

Ayla y Greta se acercaron a la mesa y finalmente los chicos suspiraron aliviados. Al menos aquellas parlanchinas chicas los distraerían un rato.

-Chicos, chicos ¿Ya se enteraron?- Preguntó Greta sentándose a lado de su novio, mientras le robaba una papa de su plato. Los chicos negaron y como si fuera algo normal, los cuatro se cruzaron de brazos y se recostaron en el respaldo de la silla, fastidiados por sus pensamientos, casi al mismo tiempo. Casi confirmando que eran exactamente iguales hasta para cuando realizaban cualquier acción insignificante.

-Hay rumores de que los nuevos cuatrillizos ya tienen novios. O al menos dos de ellos.- Dijo Ayla y Los Wolfhard sintieron atragantarse con su propia saliva y comenzaron a toser tratando de aliviar el nudo inexistente que se les alojó en la garganta. Nuevamente confirmando que solían ser un espejo de sus hermanos.

-Definitivamente el jugo tiene algo.- Trató de disimular Mike mientras tomaba agua de su botella. Greta y Ayla los miraron extrañados.

-¿Qué les pasa?- Preguntó la rizada pasando la vista de un Wolfhard a otro.

-La comida y el jugo están dañados.- Hablaron los chicos y se miraron unos a otros. Tantos años en convivencia les hacía deducir rápido cuando uno de sus hermanos ocultaba algo, no obstante, ya tenían algo que ocultaban cada uno, por lo que deducir cual era el secreto de los otros, ponían los propios en peligro.

-Ajá...- Habló mirándolos la novia del bocazas y finalmente decidió ignorar la actitud de los chicos. -En fin ¿Ya han hablado con ellos? Dicen que son muy amigables.

-Sí, sí, es verdad.- Le dió la razón la pelinegra a su amiga. -Dicen que son amables. La verdad es que si lo parecen.- Los Wolfhard negaron rápidamente, intentando disimular.

-Son unos creídos.- Comenzó Finn.

-Y egocéntricos.- Le siguió Boris y Richie lo señaló dándole la razón.

-Tienen la palabra "Bobos" tatuada en la frente.- Contestó el bocazas.

-No son agradables.- Le siguió Mike apoyando la mejilla en su puño.

Las chicas se quedaron pasmadas.

-¿Cómo están tan seguros?- Preguntó Greta y ambas chicas voltearon a la mesa de los Grazer, intentando encontrar algún indicio de que los chicos estaban en lo cierto. No encontraron ninguno. Las sonrisas amables y lo cómodos que parecían sus acompañantes con ellos decían todo lo contrario.

-Me han contado. Sí.- Habló Boris, y ya harto de sus pensamientos, puso su usual expresión indiferente. Los demás le dieron la razón.

-Sí, además compartimos algunas clases con ellos. Deberían ver lo creídos que son.- Dijo Finn recordando la clase de Historia. Aún estaba indignado por el comentario de la profesora.

-¿En serio? Yo comparto clases con algunos de ellos y no parecen creídos.- Contradijo Ayla. -Quién sabe.- Alzó sus hombros no sabiendo que pensar.

-Si, yo también. Que extraño.- Estuvo de acuerdo la rizada, y tal como empezó la conversación sobre los Grazer, se desvió completamente. -¡Ayla, debemos ir a ver Betty!

-¡Cierto!- Se levantaron apresuradas. Después de despedirse de sus novios con un beso en la boca y una agitada de manos de los demás, se alejaron de ahí, dejando la mesa en un extraño silencio.

Los Wolfhard soltaron un suspiro.

No sabían que pensar exactamente. Los pensamientos daban vueltas en su mente y parecían más distorsionados con los minutos que pasaban.

-Esos chicos se están tomando muchas libertades.- Habló por último Finn. -Debemos enseñarles quién manda.- Y sus hermanos, como ya estaban acostumbrados a que hiciera Finn, se dejaron manipular fácilmente.

[CANCELLED] Los Cuatrillizos Grazer •AU-Crossover•Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt