Capítulo 24: Cosas extrañas conspiran cuando uno trata de engañar al destino

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La situación se había vuelto muy complicada para aquellos que estaban dentro y fuera de la enfermería.

En la pequeña oficina que quedaba en el interior del centro médico, el director Zachary hablaba con la enfermera sobre el estado de Eddie, y en su mente evaluaba que tan grave sería la sanción para Henry Bowers esta vez, pero sin duda, el señor Levi estaba conciente de que aquel rubio muchacho no se iba a librar de un castigo por lo que había hecho, su padre había alegado por él anteriormente en situaciones parecidas, como con aquel pobre muchacho... pero el caso era igual de grave ahora, no pensaba solapar la misma situación de nuevo. No si quería cuidar la reputación de su institución y la suya como director.

Fuera de la pequeña oficina, en la enfermería, justo a lado de la camilla de Eddie, se encontraba Jack, mirando con tristeza el rostro de su hermano. Tenía un cardenal en la mejilla, su nariz de un tono rojizo y el brazo con una marca violeta. Estaba inconsciente y vulnerable ante cualquiera que lo rodee. Y Jack no sabía qué hacer. Se sentía inútil ante lo que sucedía ¿Cómo no se dió cuenta antes de que algo así le ocurriría a Eddie? Era su culpa, Jack sabía que era su culpa, porque varias veces habían llegado a sus oídos rumores sobre Henry, rumores que parecían malintencionados cuando los escuchó, pero que ahora no hacían más que confirmar la verdad ¿Qué le diría a sus padres? ¿Cómo les explicaría que había sido tan descuidado como para dejar la seguridad y el bienestar de Eddie, en manos de un extraño?

Con decepción hacia sí mismo, tomó la mano de Eddie entre las suyas y apoyó su frente en estas, sintiendo sus ojos comenzar a picar y su respiración volverse más pesada. Pero no cedió ante lo que sentía, simplemente cerró los ojos y se tranquilizó poco a poco, pensando la mejor manera de comunicarle a sus padres él mismo lo que ocurría. Era su deber, sentía que era su deber.

Fuera del lugar, en los pasillos contiguos, Freddy y Alex esperaban uno a lado de otro, con nerviosismo y desesperación, la salida de Jack para saber qué ocurría. La enfermera no los había dejado ingresar por el estado muy delicado de Eddie, y como casi siempre, en una respuesta silenciosa Jack había accedido a entrar para informarse de lo sucedido. Era como una responsabilidad que el mayor de los cuatro cargaba sobre sus hombros. Nadie hablaba sobre ella nunca, pero eran concientes de que siempre estaba allí para los acontecimientos que lo ameritaban. Jack era el más fuerte carácter, algo de lo que carecían sus hermanos, y era lo que lo hacía más apto para afrontar aquello.

Freddy, sin embargo, muy contrario al mayor de los Grazer, no sabía sobrellevar muy bien la situación, sobretodo si se trataba de uno de sus hermanos el que estaba lastimado. Varias veces había querido sumergirse en la tristeza que le provocaba imaginar a Eddie, pero Alex había estado ahí para tranquilizarlo, y lentamente pudo lograrlo. Pero eso no disminuía el dolor ni la culpa acentuada en su pecho. Le parecía imposible que siendo cuatro hermanos, ninguno haya sido capaz de prevenir ese desastre. La aflicción lo llenaba por completo, y a unos metros del par de Grazer, los Wolfhard se dieron cuenta de ello.

Boris notaba en la mirada de Freddy la tensión que acumulaba y el nerviosismo que lo envolvía, pero no sabía cómo acercarse para lograr consolarlo, o siquiera abrazarlo, no hablaban hace varios días y le parecía que el acercamiento sería muy repentino, lo más probable es que el rechazo de su parte, sería la reacción que le esperaba. Mike, pensativo miraba a Alex, pero él sabía que no podía hacer mucho en esos momentos, Alex aún era reacio a establecer lazos tan estrechos con él, probablemente no llegaría a nada más que incomodarlo. No obstante, a su lado, sacándolos de sus pensamientos y atrayendo su atención, Finn exclamó con enojo.

-¿De verdad eres tan estúpido, Richie? ¿Sabes lo que lograrás con esto? Meterte en problemas, solo te meterás en problemas.- Le recriminó al bocazas intentando que le pusiera atención, pero Richie no estaba en su mejor momento. Su ceño estaba fruncido, los brazos se cruzaban sobre su pecho y su mirada estaba posada en el suelo, su humor no era precisamente el mejor para aguantar los regaños sin sentido de Finn.

-Me puedo meter de cabeza en el infierno y eso no tiene por qué importarte.- Respondió de manera grosera, exasperando a Finn, bajo la atenta mirada de Mike y Boris. -Será mi calificación la que bajará, no la tuya, así que métete en tus propios asuntos.

-No lo creo ¿También te estás dejando llevar por esos...?- Richie le dedicó una mirada de advertencia antes de que terminara su comentario despectivo, y a su lado, Boris y Mike hicieron lo mismo, así que cuando Finn se dió cuenta de la situación desfavorable en la que estaba, con todos sus hermanos en contra de lo que decía, calló a regañadientes y rodó sus ojos con molestia.

Ya no solo era Boris detrás de un Grazer, sino que Mike también lo hacía y aparentemente Richie iba por el mismo camino. Hasta él había intentado la estupidez de disculparse con Jack, y Finn no sabía qué tan propensos eran todos ellos a cometer tonterías y meterse en problemas cuando se trataba de aquellos castaños. Pero sin duda, nada lo alteraba más que pensar en el hecho de que él y Richie tenían novia, y no dudaba que pronto rumores con información tergiversada comenzarían a esparcirse en todo el internado. Los problemas con Ayla y Greta no habían hecho más que posponerse, pero sus actitudes tarde o temprano los delataría. Las discusiones comenzarían cuando menos lo imaginaban.

-Richie ¿Por qué...?- Comenzó a hablar Mike pero rápidamente fue interrumpido por el sonido de una puerta corrediza abriéndose. Todos fijaron la vista en el director que emergía del lugar, con Jack a su lado. De inmediato sus hermanos se acercaron al castaño mayor, mientras la autoridad emprendía su camino hacia Richie, con expresión seria mientras ordenaba sus ideas.

-Richard Wolfhard, acompáñeme a mi oficina.- Sin rechistar el nombrado accedió a la orden con un asentimiento de cabeza, no sin antes voltear a ver a los tres hermanos en la entrada de la enfermería. Richie moría de ganas de ir a cerciorarse que Eddie estuviera bien, pero era demasiado obvio que no lo dejarían entrar, a duras penas pudo verlo Jack, ni siquiera sus otros hermanos pudieron.

Antes de alejarse por completo, Finn lo tomó del antebrazo cuando cruzó por su lado, lo miró a los ojos y susurró.

-No digas nada que te meta en problemas Richard, no...

-¿Quieres dejarme en paz, Finn? Voy a decir lo que me de la gana, si con eso logro que expulsen a ese imbécil de una vez por todas.- Se soltó de su agarre con brusquedad y terminó de alejarse sin escuchar respuesta, siguiendo los pasos del director, en dirección a su oficina. Finn soltó un bufido de molestia y se recostó en la pared del pasillo con la mirada en el suelo. Hasta el momento, él creía ser único cuerdo que quedaba de sus hermanos, sin embargo, cuando volteó y posó su vista en Jack, inconcientemente comenzó a ponerse en el lugar de Richie.

¿Y si hubiera sido Ayla en su lugar? Hubiera hecho lo mismo, definitivamente lo hubiera hecho.

¿Y si hubieran sido sus hermanos? La pregunta era absurda.

¿Y si hubiera sido...? ¿Y si...? ¿Y si hubiera sido Jack? Demonios, no podía negarlo. No podía negarlo, porque lo hubiera hecho sin pensar si hubiera sido Jack.

Huh Finn ¿Ya era tiempo de tragarte todas tus palabras? Como dicen por ahí, cosas extrañas conspiran cuando uno trata de engañar al destino.

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