Capítulo 12: El regalo de despedida

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Freddy se encontraba sentado en las gradas de la cancha con un Batarang en sus pequeñas manos, faltaban minutos para el inicio de la clase de Deportes. Parecía perdido en sus pensamientos sin prestarle verdadera atención al maestro y sus compañeros frente a él. Tenía una expresión extraña que rozaba la tristeza, y ojeras casi invisibles debajo de sus ojos. Casi ni parecía él sin aquella extraña energía que lo hacía parlotear y sonreír todo el tiempo.

Delataba decepción y vacío.

Como era de esperarse, Boris hizo acto de presencia en la cancha a escasos segundos de que la clase comience y sus ojos repararon enseguida en el pequeño Grazer. Quería acercarse y hablar con él, estaba impaciente por hacerlo, así que no se le ocurrió una mejor manera para no hacer deportes que fingir un esguince. Caminó hasta el profesor en el momento justo en el que este hizo sonar el silbato que daba comienzo a la clase.

-Señor Wolfhard, a la columna, qué espera.- Boris lo miró a los ojos, rogando en su interior que el maestro se creyera lo que estaba a punto de decir.

-Si profesor, verá...- Se tomó unos segundos y comenzó a relatar su falso esguince que supuestamente se había hecho al bajar las escaleras del edificio de las habitaciones por ir de prisa, y le mostró un moretón algo inflamado que le adornaba el tobillo y parte del pie para que le creyera. Efectivamente tenía un cardenal en el tobillo bastante feo, pero no se debía a un esguince, sino a un golpe doloroso que se había dado en la mañana con el somier. Había dolido como el demonio, y se preguntó varias si de verdad tenía tan dormido su cerebro en ese momento que no se dió cuenta que lo que había pisado era una camisa en el suelo y no un gato que pudo aparecer misteriosamente en el lugar, ante esto alzó su pierna y su tobillo dió con el borde de la cama creándole aquel cardenal.

El maestro lo miró indeciso y desconfiado, y luego de varios segundos pareció creer en sus palabras, y asintió. A pesar de ser perezoso, Boris siempre se ejercitaba en sus clases, no tenía razones para desconfiar de él.

-Entonces la calificación de hoy será en base a un trabajo escrito.- Boris asintió de acuerdo con la orden del maestro y luego de agradecerle comenzó a dirigirse lentamente hacia Freddy.

Estaba nervioso y lo estuvo aún más cuando el pequeño Grazer apartó la mirada y comenzó a mirar el objeto en sus manos. ¿Qué le diría? ¿Debía disculparse? ¿Pero y si aún no lo sabía? ¿Fingiría que no había pasado nada? ¿O debía ser sincero y contarle antes de que se entere por alguien más? ¿O qué se entere de qué, precisamente?

Estaba abarrotado de preguntas y sentía que pronto colapsaría su mente. Llegó hasta su lado y algo nervioso tomó asiento a centímetros de Freddy. Lo miró un momento y decidió que lo mejor era saludarlo.

-Hola.- Esperó por una respuesta, un saludo, al menos una sonrisa, pero esta no llegó. Freddy levantó la mirada hacia el frente, y pensó en lo que iba a decir antes de hablar.

-¿Por qué lo hiciste?- Boris se quedó callado y con el corazón latiéndole estruendosamente en el pecho. Había hecho muchas cosas ¿a qué se refería en específico?

-¿Qué cosa?- Preguntó despacio mirándolo fijamente. Quería que Freddy lo viera a los ojos mientras hablaba, pero no parecía dar señas de que en verdad deseaba hacerlo.

-¿Por qué...?- Grazer se calló unos minutos y suspiró. -¿Por qué actuaste como si fueras mi amigo, Boris? ¿Por qué lo hiciste aún después de que tu hermano haya comenzado rumores tan horribles de nosotros?- Boris no supo que responder, y sintió la culpabilidad caer repentinamente en su espalda como un gran saco lleno de la mierda horrible de la que estaba rodeado últimamente. En ese momento entendió que no sería capaz de soportar la mirada de decepción que Freddy le iba a dirigir, y ya no quiso que lo mirara a los ojos, quiso pedir un deseo que lo llevara a una dimensión donde nada de eso estuviera pasando. Pero la acción fue imposible y antes de lo pensado, aquella expresión, que pensó sería tan dolorosa, cayó sobre él.

-Yo... n-no...

-¿Quieres saber que decían esos rumores?- Lo interrumpió Freddy. Había hecho una pregunta pero no planeaba recibir una respuesta por ella, pensaba decírselo de todos modos. -Decían que nos acóstabamos con chicos diferentes todas las noches. Decían que hacíamos orgías, ¿puedes creerlo? Orgías, Boris... Dijeron que Jack lo había hecho con Asher y había abusado de Eleanor en el baño.- Boris no pudo hablar. Su capacidad para gesticular palabras pareció desaparecer y no fue capaz de emitir sonido alguno. Esos rumores terminaron peor de lo que habían comenzado, mucho peor. -¿Te pareció buena idea acercarte a mí después de que Finn nos hizo quedar como prostitutos frente a toda la escuela?

Eso fue como un balde de agua fría caer en su cabeza. No solo Finn lo había hecho, todos habían ayudado, y eso era lo peor.

-Jack era el único que lo sabía. Él era el único que sabía quién había empezado los rumores ¿sabes?- Continúo y bajó de nuevo su mirada al Batarang. Solo ahí Boris se dió cuenta de la presencia de aquel objeto en sus manos, aunque no pudo deducir que era. -Y no nos dijo nada porque sabía que pasaría esto. Quería que sigamos hablando con ustedes porque no son así. No son como Finn.

-¿A qué te refieres con "esto", Freddy?- Susurró cabizbajo.

-A que todos terminaríamos así.- Grazer los señaló a ambos, mirándolo nuevamente. -A que todos decidiríamos dejar de hablar con ustedes.- Boris no pudo creer aquella respuesta, sintió su corazón apretujarse dolorosamente en el centro de su pecho, como si en cualquier momento fuera a detenerse.

-Lo lamento, Freddy yo...

-Pero yo sé que también lo hiciste, Boris.- Aquellas palabras abofetearon sus oídos cuando llegaron a estos. El azabache no supo cómo reaccionar, sintió hasta el más mínimo impulso eléctrico detenerse en su cerebro y creyó que en cualquier momento tendría un derrame cerebral.

-¿Cómo...?

-Porque es tu hermano.- Hizo silencio un momento mientras se levantaba despacio y Boris no dudó en hacerlo también. -Porque si algo me enseñó ser parte de cuatrillizos, es que siempre vamos a estar de acuerdo con las decisiones de nuestros hermanos. Aunque nos parezcan las más horribles y absurdas.- Freddy inhaló profundamente y lo miró. -Aunque no lo creas, Jack también suele ser así con nosotros, también nos dice qué hacer en ocasiones y nosotros aceptamos, sin rechistar. La diferencia...- Grazer tomó lentamente la mano de Boris y depositó aquel preciado objeto que formaba parte de su colección, en la palma de esta, y el azabache no lo entendió, no entendió por qué después de haber sido un completo imbécil, el castaño le obsequiaba aquel objeto. -La diferencia es que nunca lo ha hecho para perjudicarnos a nosotros o a los demás.

-Yo no quise...- Freddy negó sin querer escucharlo. No quería escuchar nada que quisiera decirle Boris, porque él ya sabía lo que saldría de su boca. En ese momento no estaba de humor para sus excusas y explicaciones. Solo quería terminar aquella amistad que en algún extraño momento comenzó.

-Una persona no debería aprender a valorar solo cuando le quedan objetos que atesorar, Boris.- Y con eso terminó de cerrar la mano del pelinegro con el objeto dentro, le regaló una ligera sonrisa de decepción y comenzó a retroceder. -Debes dejar de dañar personas por el capricho de tu hermano, porque cuando menos te lo esperes... tendrás más corazones lastimados en tus manos de los que podrás soportar. Yo... yo solo soy uno sumado a tu lista.- Y con eso se alejó despacio de ahí, cruzando los brazos.

Fue la primera vez que Boris pudo sentir el dolor de otra persona como si fuera propio. Fue ahí que se dió cuenta de cuanto arrepentimiento podría ser capaz de acumular en su pecho viendo alejarse a Freddy de él, de su lado, de su vida.

[CANCELLED] Los Cuatrillizos Grazer •AU-Crossover•Where stories live. Discover now