Capítulo 8: Tú cara me suena.

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Harta de seguir las indicaciones de Laura dejé la manzana sobre la mesa sin despegar la mirada de mi amiga, me dolía la boca de tanto intentar, si así de cansados eran los besos no entendía porque es que la gente los disfruta tanto. Las comisuras me ardían como sui me hubiese cortado y ni hablar de la mandíbula.

- Ya Lau, no más - Suspiré. - ¿En verdad tan terrible es besar a alguien? - Pregunté.

- ¿Qué? ¡Noooo! Te juro que besar a alguien es una de las mejores experiencias que puedes vivir, claro, siempre y cuando la otra persona sepa lo que hace - Sonrió - Si me dejaras probar tus besitos sería mejor - Volvió a sonreírme coquetamente mientras hacía un movimiento con sus cejas reiteradas veces.

- Ni lo pienses -

- Yo solo decía - Elevó los brazos. - ¿Estás preparada para conocer a su hermana? -

- La verdad es que tengo muchos nervios - Fui sincera - No sé nada sobre este tema y me da miedo de estropearlo con mi torpeza -

- A ver, mi querida alteza, tú no eres torpe, está bien que no eres experta en el tema porque nunca lo has vivido, pero eres la persona más lista que conozco, has tenido la mejor de las educaciones y eres experta en robar el corazón de la gente -

- Solo quiero que todo vaya bien con María José, no quisiera cometer un mínimo error -

- De los errores se aprende, Daniela, y a ti te hace falta equivocarte mucho para que puedas tener experiencias. -

- Las Princesas nunca se equivocan - Cité las palabras que día a día mi madre me recuerda, que se han vuelto como su mantra favorito.

- Primer error, alteza - Sonrió. - Nadie es perfecto, y tú no eres la excepción -

- Pero... - Me interrumpió

- Hasta en los cuentos Disney las princesas se equivocan, Cenicienta pasó su vida siguiendo las palabras de su madre, siendo bondadosa con la gente que la rodeaba lo cual fue su gran error, solo recuerda como la trataba su madrastra - Me sonrió - Bella por pedir solo una rosa salió más caro que si hubiese pedido la joya más valiosa - Se carcajeo - Y más vale que no esperes el príncipe azul que va a salvarte de la torre más alta, porque mira que a Fiona le llegó un ogro -

- Igual y el príncipe podría ser mi salvación - Susurré.

- O una princesa con cabellos azules, bajita, ojos verdes - Colocó una mano sobre mi hombro - Nunca esperes que nadie te salve, Dani, recuerda también que Mulán entro a la guerra por su padre, Mérida demostró que podría valerse por sí misma sin ayuda de un hombre logrando salvar a su mamá, y Elsa, bueno esa mujer es re gay y potra empoderada así que ni hay que agregar nada - Rio - Y bueno Feli sería todo menos salvación, porque al casarse ambos se van a amarrar a sus madres, que es peor -

- Entonces...-

- Entonces eres Daniela Calle, heredera de Freely y si es lo que deseas sacarás tu reino adelante tú solita, sin ayuda de nadie y yo estaré a tu lado cada que lo necesites - Me volvió a interrumpir - Sin necesitar de nadie. -

- ¿Y María José? -

- El bombón es como un comodín - Eleve una ceja - Mira, Maria José, Feli, tu hermana y yo somos tus comodines ¿Para que sirven los comodines en una partida? -

- ¿Partida de Naipes? - Asintió - Puede sustituir cualquier otra baraja y tomar el valor que según sea conveniente -

- Muy inteligente su alteza - Sonrió - Ahora levanta tu trasero de esa silla, toma una manzana y sigue practicando -

-

- Estas son todas las solicitudes de los alumnos postulados para las becas -

Abrí el folder color blanco y comencé a leer cada una de las solicitudes con detenimiento, me moría de ganas por ignorar las primeras y rebuscar entre todas hasta encontrar la que realmente me interesaba pero no quería verme muy obvia, mi padre me haría un gran cuestionamiento sobre el porque exactamente elegí esa de más de veinte que no le prestaría atención.

Un Corazón Para La Realeza.-Calle y PochéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora