Capítulo 21: Prohibido.

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⚜️

El ambiente se inundó de tensión, Maria José se mantenía callada y con la mirada hacia abajo, mi madre la fulminaba con sus ojos que parecían dagas clavándose en el cuerpo de la ojiverde.

—Madre... —

—No Daniela, no la defiendas, no la quiero cerca de ti.

—Toda mi vida le he obedecido en cada cosa que me ordena, madre, pero creo que ya soy lo suficientemente mayor como para decidir a quien quiero mantener cerca. Maria José no me ha faltado el respeto y creo que a usted tampoco, no veo la razón por la cual no me permita hablarle.

—Ella es

—Una persona como cualquier otra. — La interrumpí por primera vez en mi vida. —No le ha dado una oportunidad para conocerla, madre ¿Cómo asegura que es mala influencia si no se ha tomado el tiempo para saber más que su nombre?

—Una reina nunca se equivoca, Daniela.

—Lamento informarle que para mí no es una reina. Eres mi mamá, la mujer que me dio la vida y quién me ha protegido todo el tiempo, deja de hablar conmigo como reina y trátame como hija. — Sus ojos oscuros me miraron con culpa, jamás le había hablado de esa forma, yo aceptaba que a mí siempre me prohibiera hacer actividades o probar algunos alimentos pero al ver la forma en la que ha tratado a María José no me sentía cómoda con eso.

—Reina María Fernanda. —Suspiré aliviada cuando un miembro de la guardia real interrumpió la pequeña discusión con mi madre justo al momento en que parecía que ella explotaría.

—¿Si?

—La familia real Jaramillo ha llegado, se encuentran esperando en la biblioteca.

—Gracias, puedes retirarte. —Me miró —Más tarde hablaremos de esto, Daniela.

—Tu madre me odia. —María José rompió el silencio cuando mi madre se había alejado unos cuantos pasos.

—No sé qué es lo que le pasa, nunca se había comportado de esa manera con nadie. —Suspiré —

—No diré que nunca me había pasado antes, cuando salí del clóset, la mayoría de mi familia me dio la espalda y en las reuniones familiares a veces era mejor que solo fueran mis papás y Vale. Así fue hasta el día en que papá falleció y nunca más volvimos a buscarlos. —

—¿Tampoco Valentina? —Negó.

—Ella era muy unida con algunos de mis primos, siguió frecuentándolos un tiempo hasta que creció más y se dio cuenta del porqué yo nunca la acompañaba y decidió alejarse.

—Vale te ama demasiado. —Sonreí tomando una de sus manos entre las mías.

—Valentina lo es todo para mí ¿Sabes? Todos los días me levanto con el pensamiento de que no importa que tan mal sea el día en el trabajo o lo que sea, es un día más para vivir por ella y Ramón. —Me miró —Y ahora por ti.

Mi corazón estalló de emoción en cuanto me añadió a su pequeña lista de personas por las que siempre se levanta con ganas de ser mejor cada día.

—Yo no tengo mucho para ofrecer, Dani, pero lo poco que tengo te lo ofrezco con todo el cariño y respeto que existe.

—Yo no necesito nada más que a ti.

Un Corazón Para La Realeza.-Calle y PochéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora