Omega en apuros 𓏲ָ SoonHoon (Editando)

Capítulo 01

—JiHoon, sabes que en unos meses dejaras de trabajar, no te sobre esfuerces mucho ¿vale?

—Oh, vamos, MinGyu, debes de estar bromeando, necesito comer y tú no me vas a dar dinero gratis, mañana vendré a trabajar.

—Sabes que lo digo por tu bien...

—¿No me ibas a decir cosas del contrato? —crucé mis brazos molesto, yo también quería dejar de trabajar, pero tenía que pagar la maldita renta.

—Lo más probable es que nos den el contrato —miré como el menor se movilizaba sacando algunos documentos—, ya tengo listos los documentos así que no tendremos que organizar mucho —asentí escuchando el bullicio que había afuera, los trabajadores empezaban a salir.

—Espero que nos den el contrato, necesitamos un subidón, ¿sabes algo de la empresa? Ni siquiera me dijiste el nombre.

—Esperaba a que me preguntes eso —chasqueó los dedos y se sentó a mi lado—. La empresa es Cosmeld.

—¿Qué?

—Que la empresa es...

—¡Lo sé! ¡MinGyu...! —me paré de mi asiento, estaba demasiado feliz y veía al menor con la misma felicidad—, ¡Nos haremos notar MinGyu!

Me acerqué a el y lo abracé, el hizo lo mismo e hicimos una pequeña celebración—. Estaba conteniendo la emoción para emocionarme contigo.

—Mentira, estoy seguro que despertaste a media cuadra ayer anoche.

—¡Ya! Lo digo en serio —empujó mi hombro levemente luego del abrazo, sentándose otra vez.

—Estoy muy contento, por fin —me senté por un momento, mi vida tenía que mejorar ahora, esta era la señal definitiva.

—¿Sabes quien la dirige no?

—No tengo ni idea, no soy fanático de quienes la dirigen.

—Te voy a mandar un poco de información, ahora tengo que ver mi saco, nos vemos mañana JiHoon.

—¡Adiós! —nos dimos un último abrazo, luego me dirigí a la puerta para irme lo más rápido posible.

—¡Piensa lo del embarazo! —rodé los ojos al escucharlo y le saqué el dedo medio, su risa fue lo último que escuché tras cerrar la puerta.

A pesar de tener una sonrisa plantada en el rostro estaba muy inseguro de poder completar el contrato, trabajaban en una empresa pequeña así que las posibilidades de haber sido considerados habían sido muy bajas, aún así, parecía que el sueño se estaba cumpliendo. Si fallaban podía seguir como si nada, las ventas incrementaban y tenía a su amigo por jefe, al fin y al cabo, no estaba tan mal del todo.

El problema se situaba ahora en sus gastos, si tenían la subida que esperaban podría hasta comprarse un mejor departamento del que tenía y pagar sus "pequeños" antojos de todos los días.

Y ahora que hablaba de sus antojos, debía comprar los necesarios esa noche para llorar mientras veía su dorama favorito, que era algo impresionante, no el dorama, sino tener una televisión en la pocilga que vivía.

—No está la señora Kim... —suspiré al ver el puesto vacío y di un pequeño recorrido por las tiendas, estaba viendo los precios cuando sentí un dolor en mi estómago—. Mejor entro a cualquiera.

Había pedido alguno que otro snack e intentaba calmar el dolor dando profundas respiraciones, intenté distraerme con el celular, iba a entrar a la información que me había mandado MinGyu hasta que la omega que le atendía me llamó—. Sus compras joven, ¿le ayudo en algo?