2 |Haldir- No mas|.

3.2K 143 17
                                    


<Recuerdos>

Paseaba por los jardines de Rivendel con Lindir, él mi mejor amigo desde que llegué aquí. Lord Elrond siempre fue un elfo gentil, así que cuando me encontraron tirada cerca de aquel río herida y sola, no dudaron en ayudarme y hasta la fecha Rivendel es mi hogar.

Soy humana y ciertamente no recuerdo mucho de quien solía ser, pues mi vida era miserable, sin familia, sin hogar, sin nadie.

Rivendel era más que un hogar para mí, estos elfos eran más que eso, eran familia.

Esa tarde llegaría de visita Lady Galadriel y su esposo Celeborn, así que Lindir y yo ayudábamos en los preparativos.

Estaba recogiendo unas lindas flores en el jardín cuando mi amigo llegó.

—Lili —se apresuró a llamar—. Es mejor que vengas, Lady Galadriel ha llegado —avisó rápido para retirarse de inmediato.

Seguí a Lindir, que se veía hasta cierto punto un poco tranquilo, nada que ver a como yo estaba. Era mi primera vez que vería a Lady Galadriel y su esposo, por lo que me habían contado eran elfos muy importantes. Mis nervios aumentaron cuando me di cuenta de que el carruaje había llegado, cosa que hice notar ya que Lindir tocó mi hombro tratando de relajarme.

—Tranquila —habló a mi lado—. No estés nerviosa y solo relájate, ellos son buenos —esbozó una ligera sonrisa y yo solo pude apenas asentir. Quizás él tenía razón, estaba exagerando con ponerme tan nerviosa.

Relajé la tensión de mis músculos y me encaminé hacia donde estaba Arwen. Ella y yo habíamos forjado una amistad muy fuerte desde mi estancia en Rivendel.

—Hola, Lilihet —saludó. Le dediqué una rápida sonrisa apretando los dientes para mirar al frente—. ¿Nerviosa, no es así? —asentí sacando todo el aire que había retenido—. Ellos no son malos, querida amiga, tranquila —volví a sonreír esta vez relajándome un poquitín. Mantuve mi vista al frente, observando atenta, ansiosa por saber quiénes eran los señores de Lorien, pero me fue imposible ya que uno de los elfos de Lorien captó mi atención, él iba al lado de otro elfo parecido a él, pero no tan apuesto. Este se bajó y abrió la puerta del carruaje.

—Se llama Haldir, mi querida amiga. Es soltero —mencionó Arwen a mi lado. Me sonrojé por su comentario. Para ella no pasaron desapercibidas las miradas que le lancé al elfo.

<Fin del recuerdo>

La noche era demasiado fría, tanto que mis dientes tiritaban. Mi vista estaba fijada en los tres elfos, Rumil y Orophin se encontraban al lado de Haldir.

Mi corazón se aceleraba cada vez más, me debatía en si debía hacer esto o no, pero la respuesta era evidente, lo necesitaba, necesitaba hablar con él.

Tomé una bocanada de aire y me acerqué hasta ellos. Al verme, su rostro cambió, nadie se esperaba siquiera verme.

—Lilihet... —susurró. Sus ojos seguían mirándome fijamente.

—Chicos —me dirigí hacia los otros dos que estaban de sobra en lo que tenía que decir—. ¿Podrían darme un momento por favor? —dije con calma. Ellos miraron a su hermano para que este asintiera y les aprobara irse. Aun así, ambos se fueron no muy convencidos.

—Gracias —murmuré aun sabiendo que no sería escuchada, o no tendría respuesta.

Mi vista se pasó del suelo hasta Haldir con mucho esfuerzo y dolor, volvía a mirar a quien pensé muchas veces en no ver de nuevo.

—Yo... —comenzó a decir—, sabes que no quería que esto pasara —su rostro estaba ahora mirando hacia abajo. Hasta acá podía notar claramente su arrepentimiento, pero eso ya no cambiaría nada.

—Lo di todo por ti. Incluso mantuve la esperanza —me encogí de hombros—. No tienes una idea de cómo deseaba que esto funcionara. Mientras tú no hiciste nada por nosotros —solté fría.

—Es algo que no podía evitar.

—Sí podías, puedes —me apresuré a decir mientras mi voz me fallaba. Él me miró sin expresión, no podía ver dolor o tristeza en su rostro.

—No —negó con la cabeza, hiriéndome más de lo que ya estaba—. No puedo cancelar mi matrimonio con ella, es una elfa de buena familia.

—¡Juraste amarme! Me ilusionaste, prácticamente te entregué todo de mí. ¿Y ahora te rindes y dejas todo lo que tuvimos como si nada de esto importara? —respiré tratando de agarrar más aire, me sentía mal—. ¿Es lo que quieres? ¿Que hagamos como que nada pasó y simplemente olvide que tengo sentimientos hacia ti?

—Por nuestro bien, sí. —el tono de voz que usó y esas palabras me hacían trizas.

—TÚ JAMÁS... —cerré mis puños—. Escúchame bien, maldito egoísta, tú jamás frenaste esto, aun sabiendo que quien terminaría lastimada sería yo —al fin algo en su expresión cambió, dejando ver nostalgia—. No eres más que un egoísta, Haldir. Yo hubiera pensado en ti antes que en mí para no lastimarte, pero sabes qué, ahora veo que primero, debo ser yo.

—Por favor, un elfo jamás va a amar a una mortal, al menos yo nunca estaría con una, menos contigo. ¡Nadie quiere estar contigo por el resto de su vida! —lo miré en shock. Esas palabras habían sido suficientes para romperme.

Mi corazón se encogió, así que era eso, es porque era humana. Mi corazón sintió una fuerte punzada y mi garganta me ardía.

Dolía...

Dolía mucho.

—Haldir —me acerqué un poco a él, pero mejor retrocedí manteniendo distancia—, tú tienes miedo, por eso decidiste hacer esto sin importarte qué pasara conmigo. Podíamos estar juntos y huir, formar nuestra propia familia, pero te importa mucho tu puesto y sobre todo tu imagen. ¡Pues está bien! Pero espero que cuando más mal te sientas, no vuelvas a recurrir a mí. Recurre a tus grandes logros y tu vida de ensueño.

—Lilihet —escuché que llamó una última vez, ni siquiera me giré a verlo por completo.

—¿Por qué me hiciste amarte? Si no me querías.

—Te usé.

—Ya veo —hablé ya sin ánimo alguno, ya no había manera de que me doliera más de lo que ya lo hacía—. Desearía nunca haberte amado —lleve una mano a mi pecho y fruncí los labios mientras cerraba los ojos con mucha fuerza—. En serio lo lamento, cariño, pero vamos a estar bien —murmuré.

—¿Qué? —preguntó.

—Estoy hablando sola.

Me marché de ahí siguiendo a la luna, no quería mirar atrás, nunca jamás miraría atrás.

Haldir miraba cómo ella se iba de su vida, sabía que la había lastimado demasiado, que esta sería la última vez que ella lo buscaría. Había destrozado a una buena persona, eso le ardía en el alma, porque la amaba, pero amarla significaba dejarla ir, aun si eso significara destruirla.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ||ESDLA & El HOBBIT|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora