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Bajó las escaleras hasta llegar a los calabozos, ahí inspeccionó al enano que estaba buscando; entrecerro los ojos cuando su vista chocó con la de él.
Caminó hasta donde estaba el enano y se paro frente a su celda; miró a todas direcciones asegurándose que no hubiera nadie observando.
—¿Qué te trae por acá? Orejas de punta. Trae a Tauriel y largate— dijo de manera brusca el enano.
—Teasüs, me llamó Teasüs— sonrió de lado—. ¿Qué te da el derecho a exigir?
—Mhh— se quejó mientras le daba la espalda, arrinconandose en la celda.
—Da igual, vengo a advertirte que te alejes de Tau— miró sus manos restándole importancia a la mirada del enano—. No se que clase de ideas le estas metiendo en la cabeza como para que vaya en contra de nuestro rey— apartó la mirada de su mano, para encarar al enano—. Más te vale dejarla en paz— amenazó.
El enano iba a replicar algo pero dirigió su vista en otra dirección; Teasüs lo miró confundida, hasta que escuchó esa voz melosa a su espalda.
—¿Me perdí de algo?— preguntó la pelirroja—. Teasüs, ¿qué haces aquí?
—Inspeccionando al enano mugroso— respondió. Kili frunció el ceño al escuchar como lo había llamado.
—Oh más bien viene a verme porque está enamorada de mi— sonrió ladino. Tauriel abrió los ojos con impresión y un poco de decepción.
—¿De ti?
—Si. ¿Qué otro motivo habría para que bajaras a los calabozos apestosos a verme?, y venír a amenazarme que me alejara de ella— señaló a Tauriel—. Es obvio que estas celosa y te gusto.
Teasüs vio de reojo a Tauriel que se mantenia quieta en su lugar viendo al enano y a ella. Negó y soltó una carcajada que pudo ser escuchada fácilmente hasta arriba.
—¿Enamorada?— volvió a reír mientras veía al enano—. ¿Tú? No, no— decía entre cortas risas— Tú no, ella— señaló en dirección a la elfa de cabellos rojizos.
El enano casi se atraganto sin siquiera llevar alimento alguno. Teasüs sonrió satisfecha.
—¿Qué?, ¿cómo?
—Es así de sencillo, Tauriel, es mi novia— informó.
—Pase por lo mismo, ellas dos son inseparables, así que deja de mirarlas así— replicó Legolas mientras se dirigía en dirección a ellas—. Teasüs es la ganadora, así que cierra la boca— se burló el elfo.
Ahora quien rió fue Tauriel, mientras se acercaba hasta Teasüs y la rodeo con sus brazos.
—Es mejor que vayamos arriba, hay vino y es la celebración— propuso Legolas.
Ambas asintieron mientras se marchaban de los calabozos, dejando a Kili desconcertado.
