𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ||ESDLA & El HOBBIT||

62-|Haldir| Período

—Ve y habla con ella de una buena vez o te terminarás arrepintiendo — aconsejó Rúmil.

— Pero está molesta.

— ¿De nuevo esa excusa? — el elfo rodó los ojos con impaciencia —. ¡Pero si es Triwen! ¡Ella siempre está molesta!

Haldir reflexionó un poco sobre las palabras de su hermano. Eso era verdad, tenía toda la razón en sus palabras. La elfa era alguien difícil de tratar, siempre estaba molesta por algo.

Dudó un poco antes de acercarse a la elfa y tocar su hombro. Antes de hacerlo, tomó una bocanada de aire y luego lo soltó.

— Triwen — llamó en tono quedito para no molestarla.

— Mhhm — salió de los labios de la elfa, pero ni siquiera se había vuelto para verlo.

— Tenemos que hablar — se llevó una mano rascando su nuca con nerviosismo —. Si no fuera importante, no estaría aquí.

Esas palabras llamaron la atención de la elfa. ¿Cómo que no estaría ahí si no fuera importante? Él siempre estaba insistiendo, ¿qué le pasaba?

Finalmente, fue el momento para girar y verlo.

— ¿Qué ocurre, Haldir?

— Iré al grano porque no quiero que vuelvas a hacer una rabieta — la elfa quería protestar algo, pero antes de hacerlo él continuó hablando —. No sé qué te pasa estos últimos días, de verdad, te juro que trato de comprenderte pero no puedo. ¿Hice algo mal? — ella no asintió ni negó, sino que más bien lo escuchaba atenta.

En la mente de la joven resonaban las palabras de Haldir. Ni ella sabía por qué se estaba comportando como una niñata estos últimos días; su humor salía con naturalidad de manera fuerte.

— Haldir, yo...

— Solo responde la pregunta que te hice. Sin rodeos, por favor — pidió dolido. A la elfa se le encogió el corazón al verlo así. No imaginaba que sus actos tendrían semejante repercusión en la persona que amaba.

— De acuerdo, pero, ni yo lo sé... — admitió.

— Menos yo.

— ¡Estoy en mi periodo, Haldir! Estoy en mi periodo — chilló.

— ¿Así que eso es lo que te tiene de esa manera? — dijo con curiosidad.

— Los cólicos cada vez son más horribles. Odio estar así, es algo que no comprenderías — bufó cruzándose de brazos.

— ¡Triwen! — habló al verla llevar ambas manos oprimiendo su abdomen y reprimiendo una cara de dolor.

— ¡Te digo que el dolor es bastante fuerte! — chilló al borde del llanto —. Ya no quiero ser una elfa — sin mirarlo, se arrodilló en el suelo y se fue acostando mientras se hacía bolita.

— Amor — salió de la voz de él mientras se iba colocando al lado de ella. La tomó por la cintura y la atrajo hacia él colocando la cabeza de ella sobre su pecho —. ¿Estás molesta conmigo? — el movimiento negativo de ella contra su pecho le dio la respuesta —. Estás cansada y adolorida. Ven, irás a descansar mientras te preparo una bebida — sin esperar respuesta de ella, la elevó entre sus brazos para llevársela cargando de ahí.

— Gracias.

— ¿Por qué?

— Siempre estás para mí, incluso cuando más mal genio tengo. Lamento haberte hecho sentir así estos días.

Él negó mientras sonreía. Ella era su pequeña princesa guardiana, y estaba dispuesto a soportar los fuertes temperamentos de esa elfa hasta el fin de los tiempos, porque era el amor de su vida.