16- |Glorfındel| Confesión✧

1.6K 81 14
                                    

A pedido de StrangeGril002❣️

Habíamos sido seleccionados por Lord Elrond para encontrar a Frodo, totalmente capaces de enfrentarnos a los nazgul.

— Tú irás siempre conmigo, Tarya, no te separes — habló Glorfindel a mi lado. Era uno de los elfos más experimentados, y yo lo admiraba demasiado. Era para mí un honor ir a su lado.

— Ustedes vayan por allá — dijo él a otro grupo de elfos que se encontraban con nosotros.

Habíamos tomado el camino del este-oeste; Glorfindel había logrado expulsar a tres nazgul del puente de Mitheithel sin ayuda mía.

Seguimos nuestro paso; Glorfindel mantenía un silencio durante todo el camino. La suave brisa movió mis cabellos un poco; la tenue luz del sol me hizo mirar hacia abajo. Detuve rápidamente mi caballo, pues había visto algo.

Bajé rápidamente de él; Glorfindel detuvo su caballo de igual manera.

— ¿Qué ocurre, Tarya? — preguntó mientras imitaba mi acción bajando de su caballo y caminando hacia donde me encontraba.

— Son huellas — dije apuntando hacia el suelo — huellas de hobbit, creo que Frodo Bolsón pasó por aquí. Y no solo de hobbits, hay más...

— Excelente, bien hecho Tarya — dijo subiendo a su caballo de nuevo — vamos.

Obedecí y tan pronto como pude seguí cabalgando, siguiendo las huellas.

Dos días habían pasado; nos comunicábamos escasamente para hacer planes.

— ¿Por qué dejamos de hablar? — habló rompiendo el silencio.

— No lo sé — dije pensando en otra respuesta. — Antes solíamos ser muy buenos amigos, ¿recuerdas? — él asintió con la cabeza — Supongo que el tiempo nos cambia, mi querido Glorfindel.

— Me arrepiento de haberlo hecho, sabes...

Lo miré un momento mientras él mantenía su vista al frente.

— ¿El qué? — pareció no entenderme, así que formulé mi pregunta — ¿De qué te arrepientes?

— De haberte alejado sin explicación, de haber dejado de mantener comunicación.

— Bueno, siempre me hiciste creer que fue mi culpa, ¿y ahora dices que fuiste tú?

— Lo lamento, Tarya, yo, en realidad...

— ¡Alto! — dije frenando y señalando en frente. Ahí están.

Glorfindel y yo sonreímos por al fin haberlos encontrado, pero sabíamos que aún así no era tarea fácil, pues no éramos los únicos que los habíamos estado buscando.

Cabalgamos justo al frente, donde estaba Aragorn, quien ya nos había visto.

— Fuimos enviados por Elrond de Rivendel, los estábamos buscando — habló Glorfindel.

— Debemos emprender camino hacia Rivendel y mantener a Frodo a salvo — hablé a todos los presentes.

El camino iba bien, aunque siempre estábamos alerta; nos reunimos de nuevo con los demás elfos que habían sido enviados. Ahora no iba en silencio, pues iba hablando con dos pequeños hobbits. Frodo estaba herido, así que Glorfindel permitió que Frodo fuera en su caballo mientras él iba a pie.

Nos alertamos, debido a que los Nazgul se aproximaban; nos habían alcanzado. Glorfindel ordenó a Asfaloth, su caballo, que llevara a Frodo hacia el río.

Perdí de vista a los demás, pues comencé a enfrentarme a uno de los Nazgul; logré hacer lo suficiente para retenerlo un poco. Me uní a los demás mientras asustábamos a los caballos de los Nazgul, y estos los arrojaban al agua siendo arrastrados por el río.

Todo había pasado; estábamos de vuelta en Rivendel. Sabía que tenía que retomar mi conversación con Glorfindel, pero ahora estaba ocupado. Pronto se llevaría a cabo el concilio de Elrond.

La noche para mí siempre había sido encantadora; admiraba cada parte del hermoso Rivendel. Aunque soñaba con ir a conocer Lorien por mí misma.

— ¿Sabías que tu cabello se resalta más bajo la luz de la luna? — No hizo falta que yo me girara a ver de quién se trataba, pues su voz la conocía perfectamente. Glorfindel.

— Nunca me lo habían dicho — admití.

— Pues lo sabes ahora. — Se incorporó a mi lado mientras observaba el horizonte — No terminé de hablar contigo la última vez.

— Pues, adelante, aún hay tiempo.

— ¿Planeas marchar a Aman? — Lo pensé un momento, pues si bien había estado considerándolo, aún no tenía nada claro.

— No lo sé aún, ¿y tú?

— Lo haré algún día, pero por mientras planeo quedarme un poco más aquí. Al menos hasta que todo termine. — Respondió seguro. Inhalé más aire mientras de reojo logré ver lo cerca que estaban nuestras manos en la barandilla.

— ¿Qué fue lo que no terminaste de decir?, ya sabes, la otra vez.

— Pues, quería disculparme por alejarte, por hacerte creer que todo había sido tu culpa. Yo, me había enamorado de mi amiga, y temía que si se lo decía, todo cambiaría. — Habló apenado.

Una sensación rara de cosquilleo comenzó a presentarse en mi cuerpo, pues yo también me había enamorado de mi amigo, y cuando más decidida estaba a acercarme más a él y confesarle lo que sentía, él se fue, me dejó de hablar y me hizo a un lado, haciéndome pensar que todo había sido mi culpa. Y ahí estaba ese Glorfindel nuevo, en el cual aún trataba de buscar a mi amigo, pero con el paso de los años no logré encontrar y me fui rindiendo.

— Yo también estaba enamorada de mi amigo — musité. Sentía su mirada sobre mí, pero no me atreví a mirarlo — Creo que mi amigo se marchó para siempre. — Finalicé, ahora con un dolor fuerte en mi pecho, sentía las ganas de llorar y mi voz amenazaba con romperse.

— Tarya, él sigue aquí, se fortaleció, pero sigue aquí,

arrepentido por haber dejado a la elfa más hermosa. — Su distancia a mí era muy próxima, puso su mano sobre la mía y dio un paso hacia delante cortando distancia entre nosotros. Se inclinó un poco hacia mí, sabía lo que se aproximaba, pero no podía reaccionar, no me movía, porque en el fondo deseaba que lo hiciera y no quería impedirlo. Nos besamos, y era mi primer beso. Fue justo lo que esperaba algún día. Nos fuimos separando lentamente mirándonos a los ojos.

— Perdóname. — Mantuvo una mirada de arrepentimiento y ternura con esperanza.

— Lo... lo lamento, yo, te perdono, pero no estoy lista — dije con la voz entrecortada. Me safé de su mano y me fui corriendo del lugar sin mirar atrás.

Aun me gustaba Glorfindel, el nuevo Glorfindel, pues sabía que mi viejo amigo aún era parte de él. Ambos teníamos recuerdos, y los recuerdos jamás se marchan. Ellos nos recuerdan quienes fuimos y a quien amamos.

Y yo jamás dejé de amarlo.


𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ||ESDLA & El HOBBIT|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora